domingo, 15 de noviembre de 2020

TUXTLA / Inspectores fiscales se ensañan con niño indígena


 

·        Quisieron arrebatarle su mercancía. Canasteras lo defendieron.

 


El niño moreno, de cabello lacio y rasgos indígenas, se agacha para levantar del concreto, las uvas esparcidas por el “gorila” de Carlos Morales. Abusando de la autoridad que le da su chaleco que dice “inspector fiscal”, el hombre arrojó la mercancía del menor.

 

La escena indignante se desarrolló sobre la 1ª Poniente, entre la 3ª. y 4ª. Sur   de Tuxtla Gutiérrez. Un niño de escasos 10 años de edad, avanzaba empujando una carretilla. Sobre ésta, había uvas moradas y verdes. El menor labora así cada día en el corazón de la capital chiapaneca, buscando el sustento para él y su familia.

 

Cada día el niño debe lidiar con los intransigentes fiscales municipales. Hoy no fue la excepción. “NO me paro, estor en movimiento como ellos me piden, pero aun así me molestan”, dice el pequeño a punto del llanto.

 

Tímido, molesto, y agradecido por el respaldo de las canasteras, el niño recoge las uvas sueltas y dispersas sobre el pavimento de concreto. Están muy caras y no está dispuesto a perder dinero. Su patrón no entenderá razones.

 

A pesar de que su actuar es ilegal a todas luces, los inspectores municipales se atreven a grabar con su celular para intimidar a las valientes mujeres que impidieron la carretilla con la cara mercancía fuera subida a la camioneta del Ayuntamiento. Por hoy se quedaron con las ganas, pero seguro mañana lo intentarán de nuevo. Carlos Morales Vázquez no quita el dedo del renglón y no corrige este error. Debe buscar alternativas para los  que como este niño, necesitan trabajar en busca del pan de cada día.

 

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