Juan y Alonso plagiaron al hijo de Manuela para obligar a ésta a ser la mujer de aquél. Les dieron 45 años de prisión a cada uno.
Juan maldice mil veces la hora en que sus ojos vieron a Manuela. Y maldice a su corazón por haber sido tan blando y se maldice a sí mismo por ser tan loco.
Sin tener los argumentos para conquistar a Manuela, Juan tejió en su mente una telaraña para atrapar a su presa. Para ello pidió la ayuda de su hermano Alonso.
Manuela tiene un hijo de iniciales E.A.P.P de tres años y medio. Y a éste secuestraron en la colonia Nueva Independencia, del municipio de Ángel Albino Corzo, Chiapas. Pidieron rescate de 50 mil pesos por el infante.
Manuela no tenía el dinero. Desesperada buscó un trabajo con el cual reunir un poco. Y en las calles de San Cristóbal de Las Casas vio un cartel que parecía ser lo que buscaba. Lo que no sabía era que esto era parte de un plan malévolo trazado
Los abundantes carteles pegados tenían un destinatario: Manuela. Los contratadores no querían a nadie más.
El trabajo sería en una florería de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. El sueldo era bueno. Llamó y acordó verse con el futuro patrón, en las inmediaciones del parque de San Andrés Larráinzar.
Tras subirla a un taxi la llevaron a la colonia Nueva Independencia, del municipio de Ángel Albino Corzo. Al llegar al domicilio particular de uno de los contratadores, Manuela descubrió la trama, el ardid. Lo del trabajo en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez era un engaño. Su hijo secuestrado estaba en la misma casa que ella. Juan se sinceró: te quiero para mi mujer.
Juan cerró todas las puertas y ventanas de la casa, obligó a Manuela a ingerir bebidas embriagantes. Juan y Alonso se embriagaron también.
Juan rogó a Manuela para que aceptara ser su mujer, pero sus ruegos no abrieron el corazón de Manuela. Esa no era la llave. Juan salió al patio de la casa momento que aprovechó Manuela para escapar del domicilio. Solicitó el auxilio con las autoridades de la colonia, pero al buscar a los plagiarios ya habían huido llevándose al hijo de Manuela.
Días después Manuela recibió un mensaje: "Regresa a Jaltenango para que seas mi mujer, si no no volverás a ver a tu hijo". Era Juan haciendo su lucha de nuevo.
La que llegó a la cita no fue Manuela sino la Policía. Atraparon a Juan y Alonso "N". Ya tras las rejas Juan olvidó su lucha por conquistar a Manuela y se enfocó en tratar de quedar libre. Apeló todo lo que pudo. Pidió reposición del procedimiento. Finalmente se resignó y la sentencia definitiva por secuestro fue de 45 años de prisión para cada uno: Juan y Alonso.
Ahora Juan maldice mil veces la hora en que sus ojos vieron a Manuela. Y maldice a su corazón por haber sido tan blando y se maldice a sí mismo por ser tan loco. El amor lo volvió loco. Y cometió la locura de secuestrar al hijo de la mujer que le robaba el sueño para obligarla a corresponderle.
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