"Ya tenemos para calmar la sed por el calor" dijeron quienes vaciaron un camión cervecero accidentado.
La prolongación de la 5a Norte y bulevar Laguitos se tornaron caóticos. Muchos autos varados. Claxonazos se oían por doquier para exigir que se movieran los autos de adelante. No se iban a mover, los conductores estaban ocupados en la rapiña justo en el Reloj Floral.
Taxistas y pasajeros corrieron a robar lo suyo. Las cajuelas se fueron repletas.
Vigilantes de Caña Hueca, al percatarse del alboroto por la rapiña corrieron también al lugar. Los que hacían ejercicio de igual modo aceleraron el paso hacia el Reloj Floral.
Y mientras la locura de la rapiña enardecía a unos, la locura por el embotellamiento vehicular desquiciaba a otros. La demora de la Policía fomentó la voraz rapiña. Todos partieron felices a casa, con su inesperado cargamento. Nadie dijo que lo vendería. Lo van a consumir. "Ya tenemos para calmar la sed por el calor", dijeron.
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