Llegaron temprano, a pie, en colectivos o camionetas. Todos con palos en mano. Hombres y mujeres, ancianos y niños. Son del Mocri. Hicieron un contingente como de 15 mil personas.
Marcharon hacia el centro de la capital chiapaneca. No hubo desmanes.
Los primeros llegaron a pie. Luego tres colectivos se estacionaron sobre el bulevar Ángel Albino Corzo. Una camioneta de plano se metió al estacionamiento de coincida pizzería y se atravesó ocupan tres espacios.
Los empleados miraron desde adentro por el cristal, hacia afuera y luego se mitraron entre sí. Ni siquiera intentaron decirle nada al conductor. Equivalía a un suicidio.
Los garrotes y las piedras acabarían en minutos con el local comercial.
Luego de una hora y media d espera, se juntó el grupo de casi 15 mil personas. Son muchos. Por eso ejercen presión, por eso causan desmanes, por eso invaden predios y despojan impunemente.
Por eso amarran a periodistas y les quitan su equipo de trabajo. Por eso el gobierno los respeta y les cumple sus caprichos. Por eso bloquean carreteras sin ser molestados.
Esta vez no causaron desmanes. La marcha fue pacífica. Pero más de uno tembló y no precisamente por el movimiento telúrico.
Comprometidos con la verdad, listos para ser oídos, ojos y boca de la sociedad. Espacio para señalar lo malo y reconocer lo bueno.
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