Un joven fue encontrado ahorcado dentro de su habitación. Paramédicos acudieron sólo para corroborar los temores de la familia. Ya no había signos vitales.
La pieza habitacional es humilde, en obra negra y techos de lámina. Puede ser un factor depresivo, pero no al grado de inspirar a un joven de 25 años a quitarse la vida.
La casa número 2287 A se ubica sobre la prolongación de la 4a Norte y 22 Oriente, en la colonia El Brasilito.
Frente al domicilio hay una universidad católica y un poco más al poniente está la iglesia Bautista, la misma en cuyo atrio fue baleado y muerto un joven repartidor, hace unas semanas.
Ahora la historia se repite con otro joven. Esta vez no hubo balas, pero sí una ráfaga de emociones negativas que orillaron al muchacho a tomar una cuerda, atarla al cuello y a la viga y colgarse de ella.
Un grito aterrador se oyó al interior de la casa. Era la madre. El portón de lo que un día fue un taller eléctrico automotriz, fue cerrado por la policía.
Paramédicos de la Cruz Roja llegaron en la ambulancia 264. Salieron a paso lento. No había nada que hacer.
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