OFICIOS / Hace falta “valor” para ser marimbista

La armonía familiar la llevaron a la marimba. Y armonizando las notas que emergen de las maderas, los hermanos Cruz deleitan a los que requieren de su servicio. Este miércoles estuvieron en el crucero de la Diana Cazadora. El representante musical y jefe de la familia, reconoce que se requiere “valor” y “amor al arte” para ser marimbista en este tiempo.

Las maderas “cantan” la canción “Yo tengo mi cafetal”. Sobre el bulevar Ángel Albino Corzo aparece la patrulla de la Policía de Tránsito. Mariano codea a Cristian. “¿¡Qué¡? si estamos trabajando”, le contesta.

Es cierto, ellos están buscando de manera honrada el pan de cada día, como lo hacen los que limpian parabrisas, los que venden periódicos, refrescos, tarjetas telefónicas en ese y otros cruceros.

Una mujer detiene su coche porque el semáforo del crucero, en el bulevar Andrés Serra Rojas, está en rojo. Grita: “La Cocaleca”, Mario, el jefe de la familia, grita “Cocaleca” y a su señal comienza la música. La mujer graba, con su celular, el momento y su pieza favorita solicitada. Quiere inmortalizar ese detalle. Luego agradece con un billete de 20 pesos que recibe Diego, el más pequeño de la familia.

Mario Cruz Gálvez, de 46 años, el jefe de la familia y el representante musical de la marimba orquesta “Hermanos Cruz”, dice que son de Pomposo Castellanos, municipio de Cintalapa, pero ya radican en Tuxtla Gutiérrez.

Vinieron a probar suerte, y eligieron el oficio de marimbista. “Es difícil, se necesita valor”, dice Mario.

Un taxista que viene de San Cristóbal interrumpe profano la charla y les grita “¡tan muy callados, que suene esta cosa!”. Y Mario hace una señal y arrancan con la canción “Despacito”. Y aunque la canción se llama despacito, el sonido de la marimba es muy fuerte.

“Disculpe, la chamba es chamba”, aclara Mario y sigue la entrevista. Explica que se necesita valor para este oficio porque no hay mucha demanda y sí mucha competencia.

Aun así, hace cinco años decidió entrar al “ruedo”. Y confirma que fue valiente al meterse a la cueva del “lobo”. Fue a vivir a San José y a Terán, lugar plagado de marimbas orquestas y tecladistas.

Mario acepta que la música de marimba ha dejado de ser popular, casi extinguida por la música pop, rock, entre otros.

Aun así no quita el dedo del renglón y no sólo él se dedica a eso, sino que incluyó a su hermano Darío Cruz Gálvez, de 38 años y a sus hijos Carlos, de 19 años; Luis de 21; Aurelio, de 28; Cristian de 20, Mariano de 23 y Diego de 14.

Diego baila y recibe la ayuda. Cristian toca el saxofón. Todos son felices con su trabajo, y hacen felices a los demás. El oficio de marimbista aún tiene muchos representantes y defensores en Chiapas.

La marimba orquesta “Hermanos Cruz se pone a sus órdenes en los teléfonos 9686707045 y 9612613286.