Primero taparon la calle para pedir que les arreglaran el drenaje colapsado. Ahora, la tapan de nuevo para exigir que remienden la zanja abierta tras la obra realizada con demora. Antes olía mal por las aguas negras, ahora hiede el olvido intencional y oficial, dicen vecinos.
La 11 Sur, entre 2a y 3a Poniente se volvió, sin querer, una calle privada. Se puede ver a niños caminando o jugando tranquilamente a cualquier hora del día. Unas llantas impiden el tráfico vehicular local de poniente a oriente.
“Hasta parecemos ricos con la calle cerrada, es un privilegio que nos da sin querer, con su olvido, el alcalde tuxtleco”, dice Samuel parado fuera de su casa.
Durante meses, el año pasado, los vecinos taparon esa misma vía, con una lona gigante que apremiaba se arreglara el drenaje colapsado. El agua potable se llegó a mezclar con las aguas negras y eso era alarmante.
Tres meses de continuos bloqueos dieron resultado. Solucionaron el problema.
“Pero como suelen hacerlo en otras calles de la capital chiapaneca, los obreros o contratistas, avalados por la apatía, descuido e irresponsabilidad del Ayuntamiento, no cerraron la calle. La zanja quedo abierta”, agrega Israel señalando hacia la abertura a media calle.
“Sí, obra a medias, respuesta a medias, como a medias fue el cumplimiento de la promesa en campaña de arreglar una calle diaria del edil. No cumplió”, suelta molesto Samuel.
Un auto llega en ese momento, ingresa en sentido contrario, montando la zanja como lo hacen al ir con el moflero para no caer. Así entran y así salen los que tienen autos en esa vía.
En la 11 Sur del barrio San Francisco se fue el olor a drenaje, pero persiste el hedor a olvido intencional y oficial, dicen vecinos.
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