Finalmente terminaron los tiempos de precampañas y recolección de firmas de apoyo a candidaturas independientes en Chiapas con postergadas indefiniciones y aparentes buenas noticias para los aspirantes a contender sin la sombra de los desacreditados partidos políticos. Un panorama lleno de especulaciones, guerra sucia y jaloneos que parece aclararse de forma muy paulatina.
En torno a la contienda por el gobierno de Chiapas las precampañas concluyeron casi de la misma forma en que comenzaron. La plataforma conformada por Morena, PT y Encuentro Social fue la única de las tres inscritas en definir a su candidato oficial a la gubernatura. Un anuncio que francamente resultaba mero protocolo, tras cuatro meses desde que se consumó el acuerdo político que dejó la vía libre a Rutilio Escandón Cadenas.
La realidad es que desde el pasado 15 de septiembre de 2017, cuando Escandón Cadenas fue nombrado “Coordinador de Organización”, su candidatura era prácticamente inamovible. Sus principales adversarios políticos (Zoé Robledo, Plácido Morales y Oscar Gurría) habían dejado “planchado” el acuerdo definitivo con Andrés Manuel López Obrador y el mismísimo gobernador verde. Lo de los rumores esparcidos sobre su posible relevo fueron intentos al aire.
Rutilio a transitado por los procesos del calendario electoral sin mayores complicaciones, mientras las verdaderas disputas se dan al interior de las demás coaliciones. Cosa muy distinta es lo que sucede en el frente integrado por el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano. Ahí apenas se han comenzado a ver los primeros destellos de formalidad en el proceso interno.
Durante su estancia en Chiapas, el dirigente nacional del PRD, Manuel Granados, ni siquiera pudo definir el método de selección que usarán para determinar al candidato o candidata. Presentaron a medios un aparente acuerdo de civilidad entre los aspirantes, pero el asunto sigue estando poco claro con plena intencionalidad. Dicha coalición no ha determinado nada, simplemente porque está a la espera de las definiciones externas.
“Por Chiapas al Frente” no es más que una coalición de “comodín”. Ha nacido para perder en la contienda venidera y sólo aguarda a su uso utilitario como cascarón para albergar al posible candidato verde en autoexilio. En resumen pues, dicha coalición se moverá con base a los resultados de lo que suceda al interior de la disputa entre el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
Y es justo en este último matrimonio forzado (entre el PRI y el Verde) donde todos los reflectores de la controversia están colocados. Ahí los acuerdos simplemente no terminan de cerrarse. La integración de fórmulas completas al gobierno de Chiapas y el Senado de la República mantienen el tema en plena indefinición. La candidatura al gobierno del estado para Roberto Albores Gleason parece cada vez más inminente.
Es en las candidaturas al Senado donde los hilos se tensaron más durante las últimas semanas. Ahí es donde no terminan de ponerse de acuerdo; donde la posibilidad de desplazar a uno de los fieles aliados por los chantajes de otro han complicado las cosas. Pero los acuerdos están prácticamente por cerrarse. Es cuestión de días para que tanta tragicomedia interna llegue a su final.
En las candidaturas independientes es donde están mejores noticias. Se ha colado un candidato a la contienda por el gobierno de Chiapas, cinco posibles a la disputa por una curul en el congreso local y más del 70 por ciento de los aspirantes a los gobiernos municipales. Más allá de los pros y contras que cada candidato tenga en la percepción individual su participación es oxigeno puro para una democracia tan lastimada como la mexicana… así las cosas.
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