Que particulares y transporte público obstruyan la acera, es reprobable. Pero que funcionarios públicos lo hagan, es indignante. Y si a eso le agregamos que esos servidores públicos son agentes de Vialidad, el problema se agiganta.
Esto es lo que hacen cada día, todos los días, algunos Policías de Tránsito Municipal en su base ubicada en bulevar Centenario del Ejército Mexicano y bulevar Tuchtlan.
Los peatones deben bajar a la calle, con riesgo de ser atropellados por los autos que salen del fraccionamiento Las Torres, pues la acera es invadida por una enorme grúa de plataforma, patrullas y sobre todo las motos particulares de los oficiales.
Se supone que son los que aplican el Reglamento y deberían ser los primeros en obedecerlo, si no con qué autoridad moral van a multar al infractor? El buen juez por su casa empieza.
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