La Bandera de México, considerada la más bella del mundo, es uno de los grandes símbolos nacionales y, por lo mismo, es protegida con recelo por las leyes, algo en lo que no pensaron los líderes de la Marcha por La Paz encabezada por los LeBarón y Javier Sicilia.
Ayer fue el segundo día de la Marcha por la Paz, la Verdad y la Justicia. Dos grupos partieron por la mañana del Seminario Mayor de Ocotepec y el monasterio Benedictino de Ahuatepec. Fue un recorrido de 27. 2 kilómetros hasta la caseta de Tlalpan.
La caravana fue encabezada por los hermanos Julián y Adrián LeBarón, así como por el poeta Javier Sicilia.
La caravana hizo dos paradas, la primera a 650 metros después de pasar los arcos de bienvenida a la Ciudad de México, ahí se hidrataron y comieron naranjas y manzanas, y la segunda a la altura de la comunidad de Parres, para hacer la comida.
Junto con los LeBarón iban 350 personas con distintas historias de personas muertas y desaparecidas en busca de justicia.
Durante la Marcha por La Paz los LeBarón pretendieron hacerse pasar por pacifistas con una bandera de México profanada, hecho que va en contra de la Ley reglamentaria de los símbolos nacionales, que prohíben alterar los elementos como dimensiones y colores de la bandera.
En cuanto a las sanciones, la Ley establece que:
«Desacato o falta de respeto a los símbolos patrios se castigarán, según su gravedad y la condición del infractor, con multa hasta por el equivalente a 250 veces el salario mínimo, o con arresto hasta por 36 horas. Si la infracción se comete con fines de lucro, la multa podría imponerse hasta por el equivalente a 1,000 veces el salario mínimo».
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