El oportunismo político en México no perdona ni a las más demoledoras tragedias. Eso ha quedado demostrado durante las últimas contingencias, y la pandemia de Coronavirus Covid-19 no ha sido la excepción. Desde políticos que han salido a las calles para hacer campaña electoral anticipada con el reparto de gel antibacterial en bolsas rotuladas con el nombre del “benefactor”, hasta la reaparición de figuras cuya carrera parecía haber muerto con las elecciones de 2018.
El ejemplo más reciente es el del ex candidato panista a la presidencia de la república Ricardo Anaya, quien de manera astuta decidió utilizar los tiempos de contingencia epidemiológica, pero sobre todo el de mayor debilidad en los índices de aprobación de Andrés Manuel López Obrador, para resurgir mediante un video aparentemente reconciliador cuyas intenciones de fondo no pudieron disimularse en lo mínimo.
Sí, es verdad que algunas declaraciones y posturas del Presidente de México respecto a la pandemia han resultado bastante controversiales, desafortunadas y hasta irresponsables; sin embargo, también es honesto reconocer que detrás hay una oposición oportunista dispuesta hacer escarnio, desinformar y propagar el miedo para debilitar al gobierno en turno, incluso, a costa de la estabilidad o salud pública.
En Chiapas también “se cuecen habas” al respecto. Aquí los operadores de algunos suspirantes a las intermedias de 2021 y el relevo sexenal de 2024 se encuentran bastante activos con las campañas de golpeteo sospechoso. No son gratuitos los recientes ataques vertidos contra el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que, haciendo uso de la contingencia, han tratado de sacar raja política para minar a los aventajados.
Y es que, si bien es innegable la necesidad de una mejora integral a las clínicas del IMSS, abandonadas durante sexenios por la indiferencia gubernamental y la corrupción, resulta una bajeza intentar hacer uso de la emergencia sanitaria para tratar de convertir a la problemática en una herramienta de golpeteo político o trampolín de aspiraciones prematuras, cuyos orquestadores son fácilmente identificables.
Si las aseveraciones del director general del IMSS, Zoé Robledo Aburto, resultan ciertas, esta semana deberán estarse suministrando a las clínicas de todo el país los insumos y materiales necesarios para la atención de casos sospechosos y confirmados de coronavirus, ante el ingreso de México a la Fase 2 de la contingencia epidemiológica. Se trata de un procedimiento vital para hacer frente al inminente repunte de casos que debe ser tomado con seriedad.
La emergencia sanitaria generada por la pandemia de Coronavirus Covid-19 es un asunto que requiere la responsabilidad de todos los actores sociales en México. Es una problemática real que compromete a la salud pública, a la vida de miles de personas y no puede ser convertida en una burda “guerra campal” de intereses político-electorales. Aquí el oportunismo no debe tener cabida.
Ya habrán tiempos, momentos y temas para el golpeteo, mientras tanto la situación llama a la cordura y la sensatez, de lo contrario la irresponsabilidad oportunista de los aspirantes prematuros, fácilmente identificables, podría tener su costosa factura incluso mucho antes de los procesos electorales… así las cosas.
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