EDUCACIÓN / Profedet cita a directivos del Colegio Laureles Chiapas

·     Las agraviadas presentaron queja laboral. Ex jefes les exigen que firmen su renuncia para pagarles una quincena ya devengada

Directivos del Colegio Laureles Chiapas, recibieron el primer citatorio de parte de la Procuraduría de la Defensa del Trabajo (Profedet). Y es que los agraviados, despedidos injustamente, no han recibido el pago de su quincena, mucho menos el finiquito que les corresponde por ley. Los traen con mentiras.

Las profesoras Susana “N”, Dany Karina “N”, Rocelina “N”, y Brenda Berenice “N”, quienes prestaban sus servicios en el Colegio Laureles Chiapas, presentaron su queja laboral ante la Dirección de Trabajo y Previsión Social, para exigir el pago pendiente de la empresa, luego que de manera injustificada fueron despedidas vía telefónica por David Aranda.

“El licenciado David Aranda quedó que nos devolvería la llamada, hasta el momento no hemos recibido ninguna respuesta, se le ha marcado y enviado mensajes al licenciado Carlos Arturo López Camacho (Recursos Humanos), quien en su respuesta dice que debemos firmar, todas, nuestro despido para así poder pagarnos la quincena".

Lamentaron la mentira de los directivos del colegio quienes argumentaron como causa del despido, que la institución está en quiebra, cuando bien se sabe que los padres de familia siguen pagando una colegiatura. “Es una falta de ética profesional lo que nos están haciendo, porque nadie da la cara ante esta situación, ellos nunca pensaron que de este trabajo dependen nuestras familias; tenemos necesidades como todos, no es justo que hagan esto”, insistieron.

Por ello, acudieron a la Procuraduría de la Defensa del Trabajo, quien emitió el primer citatorio este miércoles 15 de abril, que al medio día se hizo llegar a los jefes inmediatos del Colegio Laureles Chiapas.

Las agraviadas  aseguraron que hasta el momento no han percibido el pago de la quincena del 16 al 30 de marzo, ni el respectivo finiquito como lo marca la ley. Finalmente indicaron que es absurda la condición que les ponen –firmar su renuncia- con tal que les paguen la quincena, sueldo que ya devengaron con el trabajo respectivo.