* Vecinos y egresados del lugar coinciden en que hay maltratos físicos y verbales adentro.
La negrura de la noche y el silencio reinante asustan a los vecinos de la avenida Marcelino Álvarez. El grupo de voluntarios ha cesado la búsqueda intencionada. Ahora deciden mejor orar por los tres niños que decidieron escapar de la casa hogar Odres Nuevos. "Adentro hay maltrato", coinciden vecinos y quienes han estado al interior.
La oscuridad literal da miedo, ante la falta de lámparas. Pero es peor la negrura del alma de quien utilizando a niñas y niños huérfanos lucra con ellos. Eso es lo que aseguran quienes conocen de fondo la realidad detrás de las paredes color vino en la casa hogar alegre Odres Nuevos.
Solo así se explica el porqué niñas y niños escapan del lugar. Ha ocurrido en el pasado. Ocurrió hoy a las 18:30 horas, aproximadamente. Los administradores de la casa hogar mantuvieron con hermetismo el incidente. No dieron parte al agente municipal, con tal que éste no solicitara apoyo a la policía y así no trascendiera. Se cuida más la falsa reputación a cambio de la seguridad e integridad de tres menores.
Tres niños, de 11, nueve y uno de apenas cinco años de edad, escaparon esta tarde de la casa hogar alegre Odres Nuevos. No han sido encontrados. Un grupo reducido de vecinos buscó por las márgenes del arroyo semi seco. El monte y la oscuridad no les permitieron seguir. Solo caminaron por la Calzada Señor del Pozo.
"Se fueron por el río, frente a donde eran las casas de madera", dijo un testigo que prefiere los niños no sean encontrados. "Aunque se las van a ver muy difícil afuera, creo están mejor que adentro", dijo muy seguro el entrevistado.
Pensar en el niño de 5 años pasando la noche en el monte, a oscuras y con peligro de hallar algún animal peligroso, duele. Preocupa. Pero es más doloroso enterarse de los motivos que compelen a más de uno a escapar del lugar.
Y en el recorrido nos encontramos con testimonios fidedignos. Para preservar su identidad y evitar represalias, no se video grabó, pero son personas que un día estuvieron dentro de la citada casa hogar.
La pastelería "Dulce gracia", ubicada en la misma casa hogar, ha sido de amargura para los internos. Nos obligan a trabajos pesados y humillantes. El trato es con despotismo, agresión verbal y hasta golpes", aseguró Esmeralda (Seudónimo) que de niña se escapó por lo mismo. Fue recapturada y enviada a un lugar administrado por monjas. Ahora tiene una familia. Ya perdonó los agravios, pero la cicatriz del pasado no se borra.
William (seudónimo) nos contó que fue contemporáneo de Esmeralda dentro de la casa hogar Odres Nuevos. Ahora ambos tienen más de 26 años. El ya es casado y con hijos. En su infancia, cuando les permitían aún ir a una escuela, William obtuvo el primer lugar de aprovechamiento. Fue invitado a una comida con el gobernador, en ese entonces Pablo Salazar Mendiguchía.
Para asistir con traje de gala al evento, el Gobierno le regaló a William un traje y zapatos nuevos. El niño pobre estaba feliz. Al regresar a la casa hogar su felicidad se esfumó. Le quitaron la ropa y los zapatos para venderlos.
"Ellos reciben apoyo del extranjero. Les envían dinero y ropa. La mejor la venden, tienen un bazar, lo más feito lo dan a las niñas y niños. No se vale. Utilizan a los pequeños para lucrar. No hay verdadero amor ni altruismo. La señora (dueña) tiene un gran rancho. Sus hijos andan bien acomodados", comentó alguien que conoce perfectamente a la familia.
Para evitar que los internos comenten algo, ya no les permiten que vayan a la escuela, les dan clases adentro. Están como presos, dijo otro vecino.
Luego de saber todo esto, el dolor arrecia y la molestia también. Dolor por las niñas y niños. Molestia por la ruindad subyacente en el corazón humano. Y la negrura de la noche es poca, comparada con la del alma oscura.
Sigue el silencio adentro y afuera de la casa hogar. Sigue la oscuridad en la calle Marcelino Álvarez. Ya no sigue la búsqueda de los tres niños. Mañana será obligatorio dar parte al DIF y a la Fiscalía General del Estado. El hecho ya trascendió. Salió a la luz. Tarde o temprano todo se sabe. Las niñas y niños que salieron de este hospicio y suplicio, lo confirman.
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