- * La madre alcanzó a gritar, pero las heridas eran mortales. Lo más doloroso fue saber que el asesino dijo hacerlo en nombre del "amor".
Los ojitos cargados de sueño de los pequeños Saraí y Neyser, de tres y cuatro años de edad, respectivamente, ya no se abrieron. Un dolor agudo por una hoja filosa entrando en su tierna piel y un grito fue lo último que percibieron. Era alrededor de las tres de la madrugada este lunes. El viento frío se colaba por el espacio entre la pared y el techo de lámina. La madre de los pequeños también los acompañó en el oscuro, frío y lóbrego viaje sin retorno. Presuntamente fueron asesinados por quien debió protegerlos: el padre y esposo.
Los vecinos se miran unos a otros incrédulos. "¿Cómo pudo pasar esto? Si de la casa se escuchaban cantos y oraciones. Era una buena familia. ¿Qué ocurrió? se preguntaban. La primera hipótesis fue que el crimen fue a manos de extraños. Luego la suegra y abuela de las víctimas derribó el muro de dudas.
Sobre la cama quedaron los cuerpos inertes de la madre María del Carmen, de 29 años de edad, y sus dos menores Saraí y Neyser de 3 y 4. Sobre el piso de la casa, estaba Neyser Emmanuel, de 35 años (padre y esposo), sin la camisa y con un cuchillo clavado en el pecho. Fue trasladado al hospital de Copainalá y después al Gómez Maza. Así lo informó la directora de Protección Civil Municipal, María Eduviges Sánchez.
Lo que la mamá de Neyser dijo dejó helados a los que escucharon. Luz Elena dijo a la policía que al filo de las tres de la mañana escucharon gritos en la casa de su hijo. Acompañada de su esposo arribaron a la casa ubicada en la 4a Sur Poniente del barrio San Isidro, municipio de Coapilla. Los desesperados esposos alcanzaron a ver que su hijo Neyser se clavaba un cuchillo en el pecho, a la vez que decía que lo había hecho "por amor".
La acongojada madre de Neyser, con labios temblorosos, indicó a la policía que no entendía las razones que su hijo había tenido para matar a su familia, "vivían bien en la capital chiapaneca y además eran de la religión", precisó.
Los tres cadáveres fueron trasladados al Servicio Médico Forense de Tuxtla Gutiérrez, donde se le practicará la necropsia de ley.
El multihomicida permanece custodiado por un elemento policiacio, para evitar que se suicide o intente huir en el hospital Gómez Maza donde fue ingresado.
La buena noticia es que un menor de ocho años de edad logró sobrevivir al ataque, vio todo y sin duda aportará datos que expliquen lo sucedido.
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