Melina sale a la calle con escoba en mano. Mira la calle anegada. Aún siguen cayendo unas gotas de lluvia, pero no puede esperar más. La corriente pluvial está entrando a su vivienda. Voltea hacia el puente “nuevo” en la 5ª Poniente, entre 13 y 14 Norte. Y suelta una expresión donde mezcla su enfado, tristeza e impotencia: “Esta obra sirvió para dos cosas… para nada y para nada”, dice.
Como Melina también están muy molestos contra el alcalde Carlos Morales, decenas de vecinos en el barrio Niño de Atocha. Y es que apenas hace un mes se reabrió la circulación sobre su calle, debido a una obra realizada. Esperaban que por fin tras años de espera, el problema de la inundación se resolviera. Durante décadas han perdido muebles, aparatos electrodomésticos y papeles personales.
Por eso la decepción general esta tarde, tras la lluvia, al ver que el problema persiste. “Fue una reverenda tomada de pelo, puro pancho. Fingieron que trabajaban para solucionar el problema de inundación que genera este puente, pero fue solo un pretexto para embolsarse el dinero. No sirvió para nada y la prueba está que con estas primeras lluvias las calles lucen anegadas y las casas con riesgo de inundación”, dijeron vecinos cuyas casas lucen con muros de contención en las entradas, por el añejo problema de inundación.
A la vera del camino, en la 5ª Poniente y 13 Norte, luce el letrero que anunciaba la obra en mención. Pero llama la atención que en el anuncio oficial que da cuenta de la inversión realizada, no hay fecha de inicio, de conclusión, tampoco monto de lo invertido. “¿Simple olvido o descuido? No lo creemos”, dicen los colonos que presumen hay mano negra en esta obra. Y es que no se percibe el cambio tras el “trabajo”.
Vecinos del barrio Niño de Atocha coinciden que además de elevar el puente, urge un muro de gavión en la margen del afluente desde la parte alta en el lado norte de la ciudad, pero invasores o dueños de predios construyeron indebidamente en la orilla. El mal se acentúa en el arroyo Potinaspak y el peligro se cierne especialmente en el barrio Niño de Atocha.
Feliciano Pérez, con 50 años de vivir en la 5ª Poniente y 14 Norte, puso un muro a la entrada de su casa. “El muro es para evitar que se inunden las casas con las aguas que anegan las calles en tiempo de lluvias por el desborde del arroyo Potinaspak”, dice José Alfredo Jiménez, vecino de ese lugar. También la calle fue mal construida y por sus "columpios" acumula agua de lluvia.
Rafael Pérez, con residencia en dicho barrio, indicó que el problema de inundaciones es añejo, pero lo más severo fue en septiembre del 2016. Por ello comenzaron a tocar puertas en busca de ayuda.
Por fin el gobierno municipal atendió la necesidad planteada y comenzaron los trabajos, mismos que concluyeron hace poco más de un mes. Pero no sirvió de nada. Los vecinos lamentaron la falta eficacia por parte del Ayuntamiento y de la constructora encargada del trabajo, pues con esta pequeña lluvia les causó problemas, lo cual les hace temer lo peor con las futuras y torrenciales lluvias.
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