A unos días de que inicie formalmente el proceso electoral rumbo a los comicios intermedios del 6 de junio de 2021 el movimiento al interior de los partidos políticos para la pelea por las candidaturas comienza a cobrar fuerza tras meses de una pandemia que pareció pausar gran parte de la actividad partidista en México.
En Chiapas es la contienda por el ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez la que parece tener algunos pasos más adelante que el resto de las disputas electorales municipales. Mientras al interior de fuerzas políticas como el PAN, PRI y PRD el asunto aún no luce tan claro, al interior de Morena ya son varias las cartas que se “barajean” entre las posibilidades para una candidatura al gobierno de la capital chiapaneca.
La primera posibilidad, que no es un secreto para nadie, es la del actual presidente municipal Carlos Morales Vázquez que, pese a sus bajos niveles de aprobación entre sus gobernados, no quita el dedo de renglón para buscar su reelección. Sin embargo, hoy sus posibilidades no parecen tan alentadoras, por lo que al interior de Morena y del propio Palacio de Gobierno saben perfectamente que cumplirle el capricho a Carlos significaría un elevado riesgo de perder la capital del estado.
Tras haberse convertido durante años en un insistente aspirante al ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez, el oscuro paso de Carlos Morales por el gobierno de Manuel Velasco derrumbó la imagen positiva construida desde “la oposición”. Sus primeros años de gobierno municipal, grises y sin resultados de trascendencia, la mala percepción de inseguridad y la complicidad con actos de corrupción del pasado, sepultaron pronto a su gobierno entre la aprobación ciudadana.
Otro que está muy inquieto desde su llegada al legislativo estatal es el actual diputado y presidente de la Junta de Coordinación Política, Marcelo Toledo Cruz. Lleva casi dos años amarrando “acuerdos y alianzas” para conseguir la candidatura morenista a la alcaldía tuxtleca, haciendo uso de su posición en el Congreso de Chiapas para promoverse y condicionar favores políticos a cambio del apoyo a su proyecto electoral.
No obstante, su trabajo en el legislativo ha sido bastante tropezado y cuestionable. Los errores bajo su liderazgo en el Congreso han significado varios descalabros ante los tribunales. No ha logrado conseguir notoriedad, por lo que sigue siendo un completo desconocido para la gran mayoría de los votantes; así que darle la candidatura dificultaría mucho a Morena mantener la capital chiapaneca. Finalmente, esta vez Obrador no estará en las boletas para hacerles el “milagrito” a muchos que como Marcelo alcanzaron en 2018 espacios que nunca imaginaron.
Quienes han aparecido a la lista de manera inesperada son el actual diputado local Emilio Salazar Farías y el regidor Francisco Rojas Toledo que, pese a no ser militantes de Morena, figuran entre rumores de pasillo como posibles candidatos externos o en alianza. Algunos grupos políticos al interior del partido no sólo han abierto la posibilidad de invitarlos para encabezar la fórmula de Morena al gobierno de Tuxtla Gutiérrez, sino que ya han comenzado algunos acercamientos informales a discreción.
Aunque hoy es diputado por el Distrito X, los rumores apuntan a que Emilio Salazar podría encabezar la candidatura a la alcaldía tuxtleca sólo si Morena va en alianza con el Partido Verde. Y es que, pese a que Morena ha asegurado que en Chiapas no establecería coalición con el Verde, su falta de estructura electoral, en fracaso de Carlos Morales y lo débil de sus figuras entre las preferencias electorales estarían orillando al partido a buscar alternativas para no perder la elección en la capital.
En lo que respecta a una posible candidatura externa de Francisco Rojas Toledo dentro de la fórmula encabezada por Morena, es una posibilidad que no luce tan distante. En 2018 el efecto Obrador terminó por despojarlo de una elección que parecía tener en la bolsa, tras las descaradas irregularidades en la elección de 2015. Ahora sin partido, Francisco Rojas es un candidato natural a los comicios del próximo año, con gran aceptación en el electorado, cuya imagen también ha pagado las facturas por ciertos silencios y omisiones como regidor dentro del gobierno de Morales Vázquez.
Morena sabe perfectamente que los comicios de 2021 serán un reto complicado. No construyó figuras propias fuertes para contender con seguridad dentro de las elecciones intermedias y tendrá que pagar esos costos. Por eso la posibilidad de candidatos externos cobra cada vez más fuerza. Con López Obrador en medio de las críticas y sus propios problemas, ahora sí tendrán que ganarse la elección a costa de su fuerza partidista y la aceptación de sus candidatos, sin efectos milagrosos que determinen ganadores sorpresivos… así las cosas.
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