* El agraviado se llevó la sorpresa de ver el taxi recuperado frente a su casa. Sin saber, hasta ahí fueron a parar en su huida los facinerosos.
Como si de una película se tratara, el taxista asaltado no lo puede creer. Llegó a su casa todo deprimido por haber quedado sin la unidad. Comió y tomó su limonada fresca para animarse.
Luego se asomo a la calle y lo que sus ojos vieron no lo podía creer. Frente a su casa estaba el taxi que le ha dado para llevar alimento a su familia.
Fueron sus compañeros quienes persiguieron a los facinerosos. No les importó que fueran cuatro y estuvieran armados. Cuando los vieron, les echaron montón.
Sin que el agraviado supiera, afuera de su casa se desató la reyerta. Los taxistas le dieron una buena paliza a los asaltantes, pero lograron escapar. La policía al llegar ya no halló a los maleantes. El taxista está feliz y agradecido con sus valientes colegas.
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