“El Puma” lanza “rugido” pidiendo ayuda: FGE y Voluntariado le tienden la mano - El Centinela MX

NOTICIAS

Post Top Ad

¿Te interesa uno de nuestros espacios?

Post Top Ad

Anuncios

lunes, 26 de octubre de 2020

“El Puma” lanza “rugido” pidiendo ayuda: FGE y Voluntariado le tienden la mano

  


·       Tú y yo podemos poner nuestro granito de arena participando en la carrera virtual a beneficio de Fredy Valencia

 



El mote de “El Puma” le sienta a la perfección. Aunque su voz es cálida, tiene la firmeza de un rugido. A sus 79 años corre aún, ya no con la velocidad felina de cuando joven, pero aún gana medallas. Para sacar a delante a sus hijas con discapacidad, ha “peleado” con garra. Como el puma, no espera que la presa llegue a la “madriguera”. Fredy Valencia es atleta y cantante. Ama a Chiapas y a una chiapaneca. Pero es humano y como a todos, le llegó la adversidad y necesidad. La Fiscalía General del Estado y el Voluntariado de la FGE voltearon a verlo y decidieron ayudarlo. Todos podemos sumarnos.

El hombre alto, de tez morena, viste una playera verde fosforescente. Sobre su pecho cuelga una medalla de oro con la imagen de la virgen de Guadalupe. Es para “hacer visibles a los olvidados”.

Fredy Valencia se da tiempo para platicar un poco de su prolífica vida. Sin soltar la silla de rueda en la que está sentada su hija, Luz del Alba Flores Camacho (30 años), “El Puma” da la entrevista.

Luz se entretiene comiendo malvaviscos y cuando la golosina acaba, se inquieta y pide que la muevan. Fredy, su padre, sonríe y la consiente. En casa se quedó Deysa Corazón Flores Camacho, de 31 años. También sufre discapacidad.

Fredy Valencia “El Puma”, dice que corre desde hace 38 años. Con la niña, hace unos tres años, confiesa al revelar que nació en 1941. Tiene 79 años de edad (ya mero cumple 80). “Pero se mantiene usted muy bien”, le dice el comunicador. Fredy agrega que además de hacer atletismo, en su casa tiene un gimnasio donde practica físico culturismo. “Le digo a los corredores que la disciplina es muy importante”, enfatiza.

En sus competiciones ha logrado ganar dos medallas de oro, resalta: una en 100 metros y otra en canto.

Sí, para sorpresa de muchos, Fredy revela que fue cantante antes que deportista. “Las mujeres de Chiapas son hermosas, y la mía ahí sigue en la casa”, dice sonriendo y suspirando. “Me tronaron en la casa de actores de la ANDA por faltar a los llamados, porque se enfermaron mis dos niñas”, dice un poco nostálgico, pero sereno. Su prioridad está bien definida: Sus hijas.

Luz del Alba y Deysa Corazón Flores Camacho, requieren de tratamiento especial por su discapacidad y Fredy se dedica a cuidar de ellas junto a su esposa.

Por eso no puede trabajar. Depende de la ayuda que le dé la gente de buen corazón. “En las carreras siempre alguien me apoya. Es para mi niña. Solo no pudiera velar por ellas, pero he recibido ayuda de personas altruistas”, dice.

Le ha tocado correr la Carrera del Parachico, con más de 10 mil corredores, con su niña, en tres ocasiones, del 5 de Mayo a Chiapa de Corzo. En una de estas carreras se ganó una silla de ruedas, cuenta feliz. Aunque recuerda que fue muy difícil.

“En la bajada me rebasaban; no es fácil correr con la niña porque no le gusta amarrarse. Debo ir conteniendo en vez de acelerar, aun así hemos ganado”, reitera.

Cuestionado sobre su vida, dice que para contarla llevaría cuatro horas. Es que fue un niño de la calle. Fue en los camiones del Distrito Federal donde se hizo cantante. A los 19 años conoció a su mamá. Con su papá, no lo quería su madrastra, se fue a la calle.

“No había metro entonces, ni TV. El envase del refresco orange crush tenía rayitas y lo rascaba yo con un palito. Me fui a Pachuca Hidalgo como mesero. Había un grupo y me puse a cantar con ellos”, cuenta.

Un delegado de la ANDA lo vio y lo invitó a inscribirse. Le dieron su credencial y recorrió toda la república como maestro de ceremonia y cantante.

Actuó en teatro con Silvia Pinal, fue extra (se cuidaba de no dar la cara para ser contratado de nuevo).


A propuesta ciudadana ha pensado en hacer su libro, pero no halla a nadie que oiga toda su vida. No puede trabajar por cuidar de sus hijas.

“Nadie va venir a dejarme la ayuda en la puerta, debo salir a buscar; hasta el momento no ha faltado ayuda, adoro a los chiapanecos, son muy nobles”.

Y al citar a gente noble, Fredy recuerda que lo apoyaban Conrado de la Cruz Jiménez y Manuel de la Torre. “Un día iba en la calle con mis hijas, Conradito le dijo al chofer que detuviera su auto, bajó y todos me dieron dinero”, narra.

El mote de “El Puma” surgió así: fue a trabajar a Lázaro Cárdenas, Michoacán, en sus inicios; él es del Distrito Federal, del barrio Tepito. “Fui maestro de ceremonia, presentaba a los artistas. Un día la gente gritaba Puma, Puma, y me pregunta a quién contrataría el dueño del Perro Andaluz (así se llamaba el bar, que ya no existe).

“Le pregunté si había contratado a alguien que se llamara Puma. Dijo ‘no, asómate’. En la pista donde saldrían las bailarinas, estaba pintada una pantera, pero no dio tiempo de terminarla y quedó la pura silueta. El fondo era crema y parecía un puma”.

Fredy subió al escenario, tomó el micrófono y exclamó: ¡Bueno, su amigo El Puma los saluda”. Al ver la euforia del público, al regresar a la ANDA registró como nombre artístico Fredy Valencia El Puma. “Mi verdadero nombre es otro (se apellida Flores), dice sonriendo.

Así duró 10 años trabajando en La Pachanga, cinco en María Eugenia, en Los Explosivos, dos años. Siempre le proveían de un grupo, trío o mariachi. Aunque a él le gusta la música romántica, aprendió a cantar de todo, lo que el público pedía, desde ranchera hasta de banda.

Aunque El Puma trabajó en antros durante más de 20 años, nunca probó ni una gota de alcohol. La disciplina lo mantuvo al margen de los vicios. Ahora, comparte su secreto con los que luchan por vencer el alcoholismo, tabaquismo o drogadicción.

Ahora, necesitado para seguir apoyando a sus princesas discapacitadas, la Fiscalía General del Estado y el Voluntariado de la FGE decidieron, acertadamente, darle una mano. Organizaron la II Carrera versión virtual, Día de Muertos, para que los donativos recaudados sean  entregados al corredor y cantante, quien ha luchado por sacar adelante a su familia.

 

Aún hay tiempo. Las inscripciones se cierran este 30 de octubre. El donativo en especie o efectivo es de 100 pesos.  Fomentemos nuestra salud física y mental con este ejercicio, y a la vez fortalezcamos el espíritu con una acción de amor en bien del prójimo necesitado. El “rugido” del “Puma” se ha lanzado. ¿Responderemos? Ojalá y así sea. Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Post Top Ad

anuncios 2