En el mercado San Juan, locatarios y compradores que llegan al baño público se conocen sus partes íntimas y es que ninguno de los sanitarios tiene puerta, por lo cual todo ven a todos. Esto molesta y apena a los usuarios que han exigido a los administradores pongan puertas, pues es muy incómoda esta situación.
En el mercado San Juan, locatarios y compradores que llegan al baño público se conocen sus partes íntimas y es que ninguno de los sanitarios tiene puerta, por lo cual todo ven a todos. Esto molesta y apena a los usuarios que han exigido a los administradores pongan puertas, pues es muy incómoda esta situación.
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