Dos años han transcurrido y la justicia plena aún no llega al caso del activista Sinar Corzo Esquinca, asesinado el 3 de enero de 2019 en plena vía pública de Arriaga, Chiapas. Fue ultimado a tiros por dos personas que viajaban a bordo de una motocicleta, en un cobarde acto criminal para acallar su voz crítica.
Sinar Corzo se había con vertido durante los últimos años en uno de los activistas más incomodos de la región, a través de su organización civil “Coloso de Piedra”. Había denunciado irregularidades y presuntos casos de corrupción en torno al programa de reconstrucción de viviendas tras el terremoto de 2017, además de exigir a las autoridades servicios básicos de salud, alimentos y agua que se había negado a las familias vulnerables durante meses.
Previo a su asesinato Corzo Esquinca fue encarcelado ya un par de ocasiones de manera arbitraria por autoridades municipales debido a sus reclamos sociales, por lo que el 22 de junio de 2015 la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió una recomendación al entonces gobernador del estado, Manuel Velasco, y a los miembros del ayuntamiento de Arriaga por haber violentado al activista.
La recomendación instaba a Velasco a indemnizar económicamente a Sinar, junto a otro activista agredido, y a emitir una disculpa oficial del estado. Además, llamaba a las autoridades estatales a presentar la denuncia correspondiente ante la Contraloría de la Procuraduría General de Justicia de Chiapas contra los funcionarios que los incomunicaron a fin de iniciar las sanciones debidas.
Sin embargo, nada hubo de las medidas solicitadas por la CNDH. El gobierno de Manuel Velasco Coello decidió ignorar por completo durante casi tres años las recomendaciones para reparar las afrentas cometidas contra el defensor de Derechos Humanos y garantizar su seguridad. Lo dejó en total indefensión hasta que fue asesinado a unos pasos de su casa, justo a un mes de que “gobierno verde” dejara la gubernatura de Chiapas.
Tras las investigaciones, la Fiscalía General del estado (FGE) detuvo como presuntos responsables del asesinato a Fernando "N", Julio César "N" y Apolinar "N", éste último suegro del alcalde de Arriaga, David Parada Vázquez, con quien Corzo Esquinca se reunió horas antes de ser asesinado, para tratar temas de índole social... El alcalde no tardó en renunciar, acusar una supuesta persecución política en su contra y huir de la justicia.
Este fin de semana compañeros activistas y familiares de Sinar realizaron una serie de manifestaciones y protestas que llegaron hasta la capital chiapaneca. Alegan irregularidades en el proceso y sospechosos tratos privilegiados para el suegro del ex presidente municipal, quien ahora, denuncian, se encuentra fuera de prisión en una clínica por presuntos problemas de salud. No hay claridad en las investigaciones y aún existen muchas dudas sobre el móvil del crimen.
Lo cierto es que, sin sentencia definitiva y un proceso judicial que se ha demorado dos años, hoy no existe certidumbre plena sobre las causas concretas que llevaron al asesinato de Sinar Corzo. Mientras tanto la sed de justicia seguirá latente hasta esclarecer uno de los casos más alarmantes e indignantes de la inseguridad y la persecución en la que viven cientos de activistas sociales de Chiapas y México… así las cosas.
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