· Francisco Javier venía de ver a su novia cuando fue baleado
El padre no habla. Observa impávido el cuerpo inerte de su hijo. El dolor agudo cual espada de mil filos atraviesa su corazón y paraliza la lengua, la voluntad. “No tenía enemigos, venía de ver a su novia”, explica brevemente ante los desconcertados policías.
El viento frío se cuela por entre las ramas de los árboles que compasivos danzan fúnebremente. Luego el viento provoca un silbo lúgubre al pasar entre las ventanillas rotas de cristal del automóvil donde yace el joven sin vida. Su cuerpo quedó recostado sobre su lado derecho, en el sillón de la camioneta marca Nissan, doble cabina de color blanco.
Así, sobre el sillón, quedaron los planes de Francisco y su novia de casarse, tener hijos y verlos crecer hasta envejecer juntos. Allí quedaron los sueños truncados del padre, de ver a su hijo convertido en un hombre de bien y profesionista.
Francisco Javier, de 18 años de edad, pidió la camioneta a su padre Raúl, para ir a ver a su novia el pasado 11 de enero por la noche al municipio de Frontera Hidalgo. Esta mañana regresaba a casa.
Avanzaba sobre el camino de terracería que conduce al ejido Dorado Viejo, cuando a la altura del pozo de agua se produjo el ataque armado.
De acuerdo al reporte de las autoridades, fue alrededor de las 4:30 horas cuando se recibió el reporte al centro de emergencia 911.
La víctima presentaba dos impactos de bala, el primero en la espalda a la altura de la cadera izquierda y la segunda herida a la altura del hombro izquierdo.
“Mi hijo no tenía enemigos”, dijo Raúl, por lo cual se presume fue un asalto.
Personal de servicios periciales arribó al lugar para acordonar el área y realizar el levantamiento del cuerpo, que fue trasladado al servicio médico forense. Se iniciará una carpeta de investigación por el delito de homicidio calificado.
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