· * Por cada grúa solicitada reciben 500 pesos, en promedio
La agente femenil de Tránsito Municipal se frota las manos. Sabe que si bien un ciudadano la evidenció en redes sociales, su acción le dejará buenos dividendos. La grúa pedida cobrará muy caro y de ahí saldrá su comisión. Y de pilón, si se aplica entregando muchas infracciones, para fin de mes tendrá su bono. Como ella, otras compañeras y compañeros, ganan. El ciudadano, pierde.
"Pueden buscar el video en redes", dice el hombre mientras graba. Una grúa atravesada estorba el tráfico en horas "pico" en el Centro de Tuxtla Gutiérrez. El chofer tiembla mientras intenta subir a la plataforma un coche blanco.
Una mujer llamó al 911 porque el auto "impedía la entrada a su cochera" cuando en realidad lo tiene obstruido por venta de bolsas y demás objetos.
La agente femenil de Tránsito Municipal aplicando el Reglamento quitó la placa y elaboró la boleta. Así debe ser. Pero además pidió la grúa y ahí es donde el ciudadano protestó.
La agente Micaela, pie tierra, argumenta ante el ciudadano que procede por una llamada al 911 y con base en el artículo 106 fracción X, porque no estaba el conductor para darle indicaciones y mover su unidad, "por eso se pide grúa".
El ciudadano insiste diciendo que la oficial quitó la placa y ya con eso bastaba; no era necesaria la grúa.
Molesta, la agente femenil pide refuerzo con la Policía Municipal, pues dice que el ciudadano le "está obstruyendo su labor" al grabar. "Es una mafia", le dice en su cara el hombre a la oficial. "Les pagan por cada carro que envían al corralón" le sostiene. La agente se retira.
Óscar, el inconforme, tiene razón. Es un secreto a voces que los agentes de Tránsito Municipal reciben su "mochada" por cada servicio de grúa solicitado.
Hoy, un compañero comunicador sufrió un accidente y una falla mecánica de su auto. Un "amable" policía de Tránsito Municipal llegó para "apoyarlo". Pidió la grúa. Cuando el reportero preguntó al chófer cuánto le cobraría y supo que serían tres mil 200 pesos, el comunicador pidió una rebaja. La respuesta fue: "No se puede, porque de aquí sale lo del patrón, lo mío y lo del poli. Le damos su quinqué (500 pesos).
Otro caso fue el de un automovilista que a pesar de no haber pedido grúa, el agente de Tránsito Municipal la pidió. De la calzada Señor del Pozo al corralón, le cobraban de cuatro a cinco mil pesos, un verdadero robo. Le cobraban hasta la risa del chofer.
También se sabe que a los agentes más productivos, que entregan más infracciones, los estimulan con bonos que oscilan los cinco mil pesos mensuales en promedio. Por ello su celo en multar a diestra y siniestra.
Solo así se entiende el afán del agente de Tránsito Municipal, Mario Luis, que en días pasados se pasó de celoso al aplicar el Reglamento. Le faltó criterio y humanismo. Un taxi se descompuso y el delito del taxista fue dejarlo frente al estacionamiento de la “intocable" Farmacia del Ahorro. Sin piedad el oficial llamó la grúa para remolcar la unidad de transporte público al corralón. La guillotina de la crítica ciudadana cayó sobre la cabeza del “tamarindo”.
El taxi averiado quedó sobre el libramiento Sur, de poniente a oriente frente a la farmacia que dice “quererte bien”. Los trabajadores de la farmacia del ahorro, frente a cuyo estacionamiento estaba el taxi descompuesto, sin un poco de consideración llamaron al 911 para reportar la “obstrucción de su entrada”. Al lugar arribó el agente moto patrullero de Tránsito Municipal, Mario Luis, en la moto patrulla PC 613.
Había mucho espacio para entrar o salir del estacionamiento, pero el signo de pesos estaba en los ojos del agente… Esta historia continuará.
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