Se llama Rito. Alegró el hogar de una familia con su llegada y con su partida los llenó de tristeza. Alguien impidió que regresara a casa luego de su sesión diaria de vuelo libre. Ahora no dudan en ofrecer una buena recompensa a quien lo devuelva o de pistas seguras de su paradero. La familia interesada en recuperarlo ofrece tres mil pesos. Apoyemos, por favor.
La canción dice:
Haz comido de mi mano
El pan blanco que te daba cuando
No podías volar,
Y deje la puerta abierta
Para que te acostumbraras
A vivir en libertad,
Para que Rito estuviera a gusto, lo dejaban libre dentro de la casa y en el patio, sus alas fueron creciendo y cada vez volaba más alto.
Se llama: Rito. Solo sabe decir su nombre. Durante más de cinco años llenó de felicidad un hogar en la Delegación Terán. “Nunca le cortamos sus alas, desde pequeño practica vuelo libre, salía a volar todos los días bajo nuestra supervisión y sabía regresar a casa”, dice el hombre visiblemente triste. Es que Rito era como su hijo.
“Siempre nos acompañaba a todos lados incluso a nuestros aniversarios de boda”, agrega. Rito era el primero en subirse al auto y le gustaba pararse en el tablero para ver hacia la calle, como si él manejara.
“Estamos muy tristes porque es como nuestro hijo, nos dedicamos a él las 24 horas del día. Nos preocupa que le toca consulta con su médico especialista”, dice apesadumbrado el hombre.
Cada día salía a volar, aprendió a ir y regresar a casa, pero esta vez fue diferente. Ya no volvió. Es que en el camino al parecer alguien lo atrapó.
A Rito le encanta que le hagan piojito antes de dormir. Y duerme como gente. Es el único loro que duerme acostado y no de pie como todos. Se recuesta en su colchita. Ahora no tendrá todos esos detalles. La familia espera que pronto regrese. Si usted lo ve por ahí, por favor ayude a que regrese. Favor de llamar a los teléfonos 9611527939 y 9681003469. Gracias por ayudar.
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