CHIAPAS / Caen las barreras… Estados Unidos de América y Cuba por fin hermanados

• La escena se vivió en uno de los centros penitenciarios de Chiapas, en el marco de la celebración del "Día de las Naciones Unidas”.

Quién lo diría, pero Estados Unidos de América y Cuba estuvieron juntos por primera vez, hermanados, uno junto al otro, olvidando sus diferencias. Como testigos de honor, felices por la fraternidad mostrada, países como España, Francia, Japón, Italia y por supuesto México. La escena se vivió en uno de los centros penitenciarios de Chiapas, en el marco de la celebración del "Día de las Naciones Unidas”. “Ojalá esto fuera posible un día”, dijeron suspirando las personas privadas de su libertad que sostenían las banderas de los países enemistados en la vida real.

Con el objetivo de fomentar relaciones de amistad y respeto entre la población penitenciaria, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSyPC), a través de la Subsecretaría de Ejecución de Sanciones Penales y Medidas de Seguridad, celebró el "Día de las Naciones Unidas” en los centros penitenciarios (CERSS, CEP y CIEA) del Estado de Chiapas. Con diversas actividades como la creación de carteles, murales, pláticas y desfiles con banderas de diversos países, se inculcó la hermandad y buena convivencia que debe prevalecer entre los individuos como entre las naciones.

Sobre las gradas de un Centro Estatal de Reinserción Social (CERSS) sentados con sus banderas hechas por ellos mismos, estaban como “representantes” de los países del mundo: Portugal, Francia, España, Italia, Japón. Fue inspirador y conmovedor ver juntos a Estados Unidos de América y Cuba juntos. La bandera de México fue colocada en lo más alto de la grada, era la más grande y la única de tela. Fue lo más cerca que los internos han estado de las torres de vigilancia y de la barda, a metros de la libertad. En realidad hoy fueron libres. Es que mostraron hermandad, fraternidad, amor… y el amor es libertad.

Otros internos, formados en el campo de futbol del CERSS formaron una media luna, sosteniendo banderas pintadas con crayola, pequeñas de tamaño, pero grande en significado. La de México resaltaba en medio, otra vez la más grande y de tela. Con globos rosas enmarcaron el cartel con la leyenda “Día de las Naciones Unidas”.

En el CERSS Femenil 3 de Tapachula, las mujeres privadas de su libertad hicieron pocas banderas y chicas de tamaño, pero el cartel central fue enorme, con el escudo de las Naciones Unidas al centro y flanqueado por las banderas de 15 países. No podía faltar la de México ubicada arriba, cerca del laurel del logo, y Estados Unidos de América en el otro extremo.

Otro grupo se formó en la cancha de usos múltiples. De acuerdo al número de personas y creatividad, algunos formaron círculos, cuadrados o desfilaron por los pasillos. Pero la nota tónica fue la unidad, orden, hermandad y fraternidad mostrada. Personas que habían tenido rivalidad, hoy se amistaron. Entendieron que es mejor tender puentes y no abismos, que la unidad no significa pérdida de la identidad, que es posible derribar barreras de credo, raza, sexo, idiomas y culturas cuando hay respeto por los demás.

Hoy la prioridad y preeminencia fue para la unidad en la diversidad, la libertad sin libertinaje, y el amor sin apasionamiento. Hoy, como nunca, cobraron vigencia las palabras inmortales del benemérito de las Américas, el indio oaxaqueño, el ilustre mexicano Benito Juárez que con letras de oro cinceló en los anales de la historia universal el legado intangible: “Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno (añadiría el amor) es la paz”.