• Finge comprar, pero en realidad entra a robar. Los agraviados alertan a los comerciantes a tener cuidado con el facineroso.
No usa la violencia, pero no por eso es menos peligroso. Pasa primero a reconocer el local, para observar quién está adentro y si es factible consumar el latrocinio.
La mañana de este viernes pasó por el bulevar La Salle. Observó a través del cristal de la entrada principal que no había nadie dentro del local, avanzó unos metros y luego regresó. Ingresó. Una jovencita atendió al cliente potencial. Este saludó muy amablemente y se acercó para ver unos productos. Pidió varios.
Al descubrir el robo, la agraviada alertó a sus familiares y amigos para que no se dejen sorprender si reciben llamadas o mensajes de su número o el de su hija. También alertó a los comerciantes a tener cuidado con este ladrón.
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