* El pitero y costumbrista zoque es amante de la cultura y defensor de las tradiciones.
A sus 92 años su pelo es blanco como la nieve, su rostro surcado por arrugas cual tierra arada y sembrada con años de experiencia. Es una biblioteca andante.
Su voz ya no es enérgica como en su juventud, pero la pausa inherente es música para los oídos de quien tiene el privilegio de escucharlo hablar, porque sonríe, ilustra, enseña y enriquece el acervo. Con justicia, don Luis fue reconocido como uno de los Tesoros Humanos Vivos de Chiapas.
Los tesoros humanos vivos son individuos que poseen en sumo grado los conocimientos y técnicas necesarias para interpretar o recrear determinados elementos del patrimonio y cuentan con el reconocimiento de su comunidad. El mayor honor para un tesoro humano vivo es su reconocimiento público. Y don Luis lo tiene. Lo ganó a pulso. Nació, creció y ha vivido en la cuna Zoque. Respira y transpira cultura y tradición.
Hijo de don Alberto Hernández Gómez y doña Elmérita Aguilar Jiménez, don Luis Hernández Aguilar es un referente de Copainalá. No puede faltar a ninguna fiesta. Es el pitero y costumbrista más querido, más famoso. A sus 92 años tal vez le falta la energía y aire para tocar la flauta de carrizo, pero su corazón le da el empuje necesario.
Con nostalgia, don Luis recuerda que los altares de antes eran con mesas fabricadas con varas y barro. Se adornaban con cañas con las hojas, al lado del altar. De ahí se amarraba el somé.
Abajo iba la flor de pimienta y encima de esta la flor de sonsonó o sonoreyes. Seguían las veladoras
En la parte de abajo de la mesa, había cuadros de 10 ó 15 mazorcas blancas,
No podían faltar los tamalitos de frijol, de jacú y de chipilin. De igual forma se colocaban dulces nuegados y de coco. Al final se daba gracias a Dios con rezos, dice.
Copainalá, la cuna de don Luis, está ubicado a 45 kilómetros de la capital chiapaneca. Significa lugar de las culebras que corren, de
la voz Koa - paina- lan.
Su principal fiesta se celebra en mayo, con la Feria de San Vicente, donde los pobladores danzan el baile de La Encamisada.
Aunque de calles reducidas y accidentadas, la gente de Copainalá es cálida, amable, como el clima. Don Luis Hernández Aguilar es apenas un botón de muestra. Felicidades al Tesoro Humano Vivo de Chiapas. Honor a quien honor merece.
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