* Se va un ícono para la cultura maya y fiel guardián de su casa: la Selva Lacandona.
Su túnica ya no lucía blanca como cuando la estrenó. Amarillenta por el transcurrir del tiempo y pigmentada por la tierra cultivada, parecía que a Chan kin le gustaba más así, como si combinara mejor con su piel morena, de tantas vistas al sol.
Sus manos, callosas también, y con venas resaltadas por el esfuerzo, nunca cesaron de cultivar la tierra, siempre con responsabilidad, respetando la naturaleza.
Sin hablar español, logró dar mensajes con el idioma universal del amor a la tierra, a la naturaleza. Hoy sus pies dejaron de recorrer su milpa y la Selva. Hoy sus manos están quietas, entrelazadas sobre su pecho. Descansa el "último y verdadero Hach Winik".
“Una estrella sube al firmamento…
Ha retornado al lugar de los privilegiados, Luis Echeverría Chankin, uno de nuestros grandes señores de nuestra orgullosa comunidad Lacandona. Eterno descanso y que la paz, consuelo y resignación llegue a su familia y comunidad", expresó el alcalde de Ocosingo, Gilberto Rodríguez de Los Santos, ante amigos y familiares de quien toda su vida cuidó de nuestra selva.
Descanse en paz. Luis Echeverría Chan kin
Fotos: Franz Xavier
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