Luego de prepararse mucho, una lesión en un compañero frustró el sueño de entonar la canción de la cumbre a Roberto. Lo intentará de nuevo.
"No pude llegar a la cima. Me quedé viéndola desde lejos. Pero primero Dios en marzo lo intento de nuevo", dice Roberto. Una lesión en un compañero frustró los planes de continuar el ascenso lleno de peligros. La cumbre sigue ahí. Siempre hay una. La más alta... La eternidad. Todas implican esfuerzo.
El Citlaltépetl (en náhuatl Monte de la Estrella’) es el único volcán del mundo que tiene lava congelada en su interior, es la montaña más alta de México, el volcán más alto de Norteamérica con una altitud de 5 mil 747msnm, la tercera montaña más alta de América del Norte y la séptima montaña más prominente del mundo, por lo que también es el segundo volcán más prominente de la tierra después del Monte Kilimanjaro en África.
Roberto Reynoso Jiménez no pudo resistir el llamado y acompañado de su padre Roberto Reynoso Meyer, comenzó el ascenso el 24 de febrero. Estaba previsto que en siete horas estaría entonando el canto de victoria, el himno de las alturas. No fue así. El padre se quedó en la falda. Roberto logró llegar cerca del glaciar, a 15 minutos; a dos horas de la cima.
En 2018 fallecieron dos por hipotermia en el glaciar. En 2020, otro por paro cardíaco. "Es la realidad, muchos mueren en el intento a pesar de que son valorados antes de escalar, a pesar de su buena condición física".
"El montañista, antes de subir nos dijo: 'Llegó el momento, encomiéndense a su Dios, porque el camino es difícil, y no sólo es la condición física que traen, Dios dirá si es posible subir", recuerda Roberto.
Roberto es dirigente de una iglesia y compara la lucha del cristiano como escalar una montaña muy alta. En el aspecto espiritual él ha tenido, como todo ser humano, tropiezos y caídas, pero se ha levantado.
"Es muy similar el esfuerzo que hay que hacer para alcanzar la patria celestial", la montaña más alta que el Everest.
El secreto del éxito no está en no caer, sino en no permanece caídos. La cumbre sigue ahí, esperando por aquellos valientes que quieran saciar su sed de altura, que quieran entonar la canción de la cumbre.
Canción de la cumbre cargada de cielo. Canción de la cumbre serena y hermosa. Canción de la cumbre con ansias de vuelo. Canción traspasada de luz milagrosa.
Canción de la cumbre la escuchen los hombres, y vivan la vida cargados de cielo. Llevando en el alma con cada alborada, un ansia infinita de altura y de vuelo.
Francisco Estrello
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