Abuela obliga a los niños a dormir en el suelo, sobre un trozo de cartón. Les quieren regalar una cama, pero se las quitarían, dicen ellos.
Emociones encontradas entre los vecinos de la colonia Comitán y Patria Nueva por el retorno de los niños Elías Abraham, de 13 años y Joel de Jesús, de 12 años. Felices de verlos, tristes porque siguen sufriendo.
"La abuela los hace dormir en el suelo, con cartón, mal comidos, mal vestidos. Yo les iba a regalar una cama, pero Abraham me dijo 'no doñita, me lo quitarán, le dan privilegio a su hijo mayor".
La situación es complicada para los hermanitos. Es un laberinto de sufrimiento, un enigma indescifrable. Varias familias quieren adoptarlos, pero la "familia" no lo permite.
"La verdad la abuela es muy mala, el papá ni se diga. La mamá los abandonó. Yo los quise adoptar porque ellos me quieren y desean vivir conmigo, pero no me los da la señora".
La bienvenida a los niños, antier, no fue con un abrazo o beso, sino con golpes e insultos. "Me rompe el alma saber cómo les pegan, los que están más cerquita ven todo. Les rompen la piel. De verdad, ojalá algún día la justicia haga algo, pero de la justicia divina esa si no se salvarán la familia de estos pequeños", dice triste una mujer que siente rabia e impotencia.
No puede entender cómo Gaby, madre de Elías y Joelito, presume sus mejores trapitos en Facebook, mientras sus hijos andan con harapos. Ella malgasta en sus vicios, mientras los niños pasan hambre.
Tampoco entiende por qué mamá, abuela y papá se obstinan en retener a los niños contra su voluntad, para maltratar los, someterlos a explotación y carencias, cuando hay muchas familias que podrían darles una vida digna.
Y así, con el enigma, con la angustia mental, cuál pesada losa a cuestas, Elías y Joelito seguirán recorriendo día a día la vía dolorosa. Van al calvario y nadie puede intervenir. Lo hará la autoridad?
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