Familia lleva café caliente, pan y palabras de ánimo a familiares de internados en el Gómez Maza.
El silencio de la noche es roto por el silbido del viento frío que se cuela entre las ramas de las palmeras, y por el grito del policía privado que llama de vez en cuando a familiares de los enfermos encamados.
Dentro de la camioneta de la funeraria el vendedor comisionista espera también, paciente, el momento en que salga un cliente. Siempre sale uno cada día o noche.
Desdeñando el frío, sobreponiéndose al egoísmo y renunciando a la comodidad de su hogar, han llegado al lugar para aligerar un poco el pesado fardo que significa estar a la intemperie, con hambre, frío, sueño, cansancio; desgastados emocional y económicamente.
Acabada la jornada de beneficencia, los altruistas regresan a casa felices, con la saciedad del deber cumplido. Ellos sin tanto sermón teórico, han mostrado un amor práctico hacia el prójimo. "Jesús es verbo, no sustantivo".
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