TUXTLA / Apesta monumento al fraude Sabinista

"Elefante blanco" es usado como baño clandestino. Peatones piden demolerlo o rescatarlo para algo útil.

El lugar hiede, literalmente. Abandonado, solitario, se ha convertido en baño clandestino. Las mujeres temen caminar por ahí de noche. Debería ser un centro de servicio para abastecer biodiesel. Es un elefante blanco, un monumento al fraude erigido por el gobierno Sabinista.

Un fuego que alguien provocó caritativamente, hizo favor de limpiar la maleza que completaba el cuadro de abandono. Las "oficinas" lucen sin puertas ni ventanas, llenas de basura y papel higiénico usado. El olor a heces fecales y orines es insoportable.

Pero peor aún, insufrible, insoportable es mirar los tanques y el letrero que dicen "biodiesel", porque evoca la terrible corrupción, el mega fraude. Y duele.

Duele pensar que los "espejitos" vendidos fue por uno de los "nuestros", o quizá nunca lo fue.

La inversión para el ambicioso proyecto del biodiesel en la administración Sabinista fue del orden de los 21 millones de pesos por parte del Gobierno local y 15 millones de pesos del Gobierno Federal. Se esperaba que la planta pudiera ser capaz de soportar una producción de 10 a 20 mil litros de biodiesel al día.

Ex trabajadores de Biodiesel Chiapas proporcionaron una serie de datos referentes al fraude por más de dos mil millones de pesos, que encabezó Salín Rodríguez Salomón en esta dependencia de creación Sabinista.

El programa inicio en 2010 con la primera planta de procesamiento y de servicio instalada en Tapachula, pero nunca operó.

Primero se anunció una inversión de 39 millones de pesos, luego de 50; todo se fue a la basura.

Los espejitos vendidos decían que se iban a producir 20 mil litros diarios de Biodiesel. Que ya estaban operando 65 viveros para abastecer las plantas de la materia prima. Que cada una de las plantas instaladas tenian capacidad para 100 mil litros de ese recurso energético. Nunca se abrió una carpeta de investigación sobre este caso

Al final del gobierno Sabinista, los chiapanecos heredamos un descomunal fraude por más de 40 mil millones de pesos.

El peatón que camina por el malogrado centro de servicio ubicado en carretera Tuxtla a Chiapa de Corzo, frente a Plaza Ámbar, se pregunta "¿por qué fuimos tan ciegos?

Se gastaron miles de millones de pesos para instalar plantas industriales que habrían de procesar la Jatropa, principal materia prima para producir el soñado biodiesel para el transporte. Además se instalaron centros modernos de servicio para vender ya listo el Biodiesel. Hoy esos centros de servicio y esas plantas construidas en varios puntos del estado, lucen abandonadas, solamente son un monumento a la gran corrupción y al despilfarro de recursos públicos, porque no tienen ninguna utilidad. Bueno, el de Tuxtla Gutiérrez sirve de baño clandestino y guarida de maleantes.

Malena apura el paso. Camina sola. Vive en La Misión y cruza por la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, así como la Guardia Nacional en su trayecto al trabajo ubicado en libramiento Norte Oriente. Frente a las corporaciones policíacas se siente segura. Pero al llegar a la "gasolinera" abandonada se preocupa. Y corre, aunque sea de día. De la "oficina" del centro de servicio puede salir alguien que cometa robo o violación en su agravio.

De noche no se diga. El sitio luce oscuro por falta de alumbrado público y el peligro se triplica. "Ya bastante daño hizo en su momento Sabines Guerrero, como para que siga afectando con esta pestilente herencia" dice molesta Juana al ser entrevistada. Y pide ese sitio sea cercado, demolido o habilitado para algo útil.

La noche está por caer. Juana apura el paso. La oscuridad inminente servirá de cobijo para los que utilizan el lugar para satisfacer sus necesidades. La luz, también inminente, del día siguiente pondrá fin a la noche.

Y el lugar sigue ahí. Solitario, silencioso, pestilente. Con múltiples trampas en el piso que acumulan agua donde alguien puede caer. Debería ser un centro de servicio para abastecer biodiesel. Es un elefante blanco, un monumento al fraude erigido por el gobierno Sabinista.