El 11 de junio de 2021 dos personas perdieron la vida en una cavidad similar, en la Central de Abastos.
Cual si fuera una fiera con las fauces abiertas, ávida de sangre, un dren pluvial espera en silencio que un descuido de algún peatón alimente la cavidad dejada así por negligencia del Ayuntamiento capitalino. Quien no espera en silencio es un ciudadano y eleva su voz, antes que alguna mujer u hombre tuxtlecos puedan ser noticia, como lo fue Debanhi.
"¿Y qué esperan los de Obras Públicas Municipales para actuar?" Dice molesto un vecino, que vive a la vera de la calzada Señor del Pozo, mejor conocida como calzada Cerro Hueco.
Al fondo se observa agua acumulada, basura y miles de zancudos que podrían transmitir dengue. Pero el peligro mayor que se cierne para el peatón es la potencial caída al fondo.
"Ya iniciaron las lluvias, esto se puede llenar fácilmente. De noche o incluso de día, alguien puede caer. Sería una muerte segura", agrega Artemio.
Tiene razón. En la mente de los capitalinos aún sigue fresca la escena trágica suscitada la noche del viernes 11 de junio, cuando Giovanni “N”, de 22 años, y Raúl “N”, de 48, fueron succionados por un dren pluvial que no tenía rejillas. Intentaron rescatar su auto varado en la vía anegada atrás de la Central de Abastos. Sus cuerpos sin vida fueron encontrados días después.
El hecho tal vez no fue nota nacional, pero costó dos preciosas vidas. La rejilla que debía estar, y no estaba colocada, fue puesta el domingo 13 de junio, a las 13:00 horas, justo el día y la hora en que el cuerpo de Raúl "N" era rescatado del río Sabinal, en la colonia Cerro de Guadalupe.
El colono observa el dren pluvial y exclama: "¿Quieren una Debanhi tuxtleca?". En Nuevo León fue una cisterna abandonada. Aquí puede ser este tanque destapado. Y es que cerca del lugar, a unos 300 metros, sobre la avenida Cóndor, esquina con la calle Ave del Paraíso, colonia Los Pájaros, está ubicado el bar "El Pájaro".
De dicho antro salen hombres y mujeres en estado de ebriedad. Unos toman taxis o autos particulares, pero muchos caminan hacia la calzada Señor del Pozo. Y podrían caer, como Debanhi.
"¿Qué están esperando los de Obras Públicas Municipales?" reitera el vecino. Urge colocar la rejilla. Una vida es un costo muy elevado para pagar el alto precio del descuido.
Cual si fuera una fiera con las fauces abiertas, ávida de sangre, el dren pluvial espera en silencio. Quien no puede esperar en silencio es la autoridad del ramo.
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