Le vendieron en línea un colchón caro e inservible. Quiso reclamar garantía y la bloquearon.
Ilusionada por los anuncios publicitarios que vio en redes sociales, la mujer radicada en la colonia Cerro de Guadalupe, en Tuxtla Gutiérrez, decidió comprar un colchón en línea. Eligió uno y pagó tres mil pesos por transferencia bancaria.
La contestación fue inmediata ante el pedido. Luego de la entrega, cambió todo. La mujer comprobó, luego de tres noches, que el colchón estaba pésimo. Amanecían con dolor de espaldas. El colchón era reciclado. "Me tomaron el pelo", dijo. Le dieron gato por liebre.
Ante esta situación la inconforme planteó su molestia y exigió le respetaran la garantía ofrecida. Las respuestas por WhatsApp ya no eran inmediatas y con evasivas: "El muchacho (repartidor) salió, no está el gerente, etc.
Luego los mensajes de la clienta eran leídos, pero la dejaban en visto. Al final ya no entraban. La habían bloqueado. Para colmo nunca le dieron la dirección del negocio para ir a reclamar. Éste es uno de los riesgos de comprar en línea.
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