Con trabajo y disciplina la región de Juárez, de ser petrolera y ganadera, se transforma en agrícola.
Sus ojos claros tienen visión para cumplir la misión. Por algo lo nombraron técnico productivo. Y aunque el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador y el gobernador de Chiapas, Rutilo Escandón Cadenas, no tienen ojos claros, físicamente, son quienes tienen el panorama completo y con su acertada visión le han apostado todo a ganar. Apoyan con todo al campo chiapaneco.
El ingeniero José Felipe de Jesús Vázquez nos sorprende con una mermelada de yaca, algo único. También exhibe una yuca ceiba, enorme, igual de única. Así de único es el respaldo que están dando al campo y a los productores en este sexenio, dice en otro momento el también técnico productivo de la región San Antonio de Ocosingo, Ricardo Ríos Fernández.
Felipe de Jesús Vázquez es técnico productivo del municipio de Juárez, en el territorio de Pichucalco. "Tenemos yuca, maíz, frijol, arroz y productos derivados como tortitas de yuca, horchata de yuca, yuca frita". Traíamos una yuca ceiba que voló. Dice que alcanzan a medir hasta dos metros de largo y pueden pesar hasta 30 kilos. Sorprendente. Lo más sorprendente es saber que esa yuca gigante se da en un terreno habitualmente conocido por ser petrolero y ganadero. Pero con trabajo y esfuerzo todo es posible, asegura el técnico en producción de la Secretaría del Bienestar.
Felipe de Jesús explica algo interesante. "En la milpa metemos frijol y calabaza, para poner una cubierta y no crezca tanto la maleza. También se siembran enredaderas que sirven para el sustento tanto de animales de traspatio como a las personas".
Mientras sostiene una mazorca de cacao, el técnico explica que los productos principales de Sembrando Vida en Juárez son el cacao y la canela. "Son los productos que se están rescatando en la zona Norte del Estado, principalmente en el territorio de Juárez".
Felipe de Jesús es honesto al decir que con la producción local no esperan suplir laa demandas del país, pero sí ser sustentable, y especialmente contagiar a otros para esforzarse a lograr lo mismo. El objetivo ha sido alcanzado.
Algo peculiar en Juárez es que han rescatado el trueque. El que produce calabaza intercambia producto con el que produce plátano o yuca, el que tiene maíz hace trueque con el que tiene frijol y "así llevamos el sustento a las familias de las comunidades en las que nosotros nos presentamos. Tratamos que el plato principal llegue a la mesa y que posteriormente lo que se produzca como el cacao, la canela ya como un producto elaborado, sea lo que le dé sustento económico a la familia, pero el plato principal y la comida se le lleva con lo que es el frijol, el maíz, chayote, yuca, hierba mora y quelite".
Felipe se preocupa al decir que se ha perdido mucha floración, principalmente ornamentales y son los que llaman a los polinizadores. Por ello están introduciendo plantaciones de plátano o de guineo, para que los polinizadores vuelvan. "La polinización es lo fundamental para tener producción", subraya.
"Nos ha llevado ya cuatro años, no es fácil lo que estamos haciendo, pero la gente que está metida está comprometida en esa región. Juárez es ganadero y petrolero, entonces la transición ha sido difícil. Pero la gente
se anima cuando ve resultados.
Y mientras Felipe nos muestra una foto donde un niño besa una mazorca de cacao, el técnico productivo de Juárez nos recuerda que el lema de Sembrando Vida es "comunidades sustentables", y lo que se busca es que toda la comunidad, toda la familia se involucre y se está logrando, dice sonriente.
Felipe de Jesús reconoce el acierto del presidente Andrés Manuel López Obrador con el programa "uno 400": Una hectárea de maíz y 400 kilos de frijol se está promoviendo. Se busca que el grano de maíz vuelva a reactivarse como lo era en 1920 "cuando podías ir a cualquier rancho y tenían miles y miles de hectáreas de maíz".
Felipe hace una pausa como para enmarcar con negritas y mayúsculas lo siguiente: Ahora es muy diferente lo que se ve en la carretera. Antes hectáreas y hectáreas de pasto común, ahora hectáreas y hectáreas de maíz. Lo hermoso es ver como aves, animales marsupiales como los mapaches, llegan y se introducen de nuevo en la zona. Ya no llegaban porque se estaba erradicando la producción del maíz".
Los ojos claros de Felipe tienen visión para cumplir la misión y dimensiona: "Sembrando Vida no sólo es para la gente, sino para rescatar la flora y fauna que tenemos. Con las milpas llegan a comer las cotorras, loros, mapaches, como tenemos suficiente no nos duele. Éste es uno de los motivos también de producir a grandes masas, saber que no sólo nosotros somos los seres vivos que estamos en el planeta, sino que también los animales que están conviviendo con nosotros, a los que hemos forzado a reunirse en un centro demasiado pequeño para su hábitat", dice y me conmueve.
Sembrando Vida es mucho más que siembra de árboles: es un ciclo en el que resultan beneficiadas las personas, la flora y la fauna. Chiapas es privilegiado con sus cuatro territorios en Palenque, Pichucalco, Ocosingo y Tapachula que engloba un padrón de 81 mil 308 sembradores, en 69 municipios. De 2019 a la fecha se han destinado más de 16 mil millones de pesos para lograr una cobertura de 203 mil hectáreas. Se ha logrado sembrar 16 millones de árboles.
El ingeniero Felipe de Jesús tiene ojos claros, tiene visión para cumplir la misión. Por algo lo nombraron técnico productivo. Y aunque el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador y el gobernador de Chiapas, Rutilo Escandón Cadenas, no tienen ojos claros, físicamente, son quienes tienen el panorama completo y con su acertada visión le han apostado todo a ganar. Apoyan con todo al campo chiapaneco.
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