BERRIOZÁBAL / Un oasis cerca de Tuxtla

Cerca de la capital chiapaneca y con poco dinero, viva un momento inolvidable.

Y así como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así familias de la capital chiapaneca corren en la búsqueda de un oasis, un sitio donde puedan encontrar esparcimiento, solaz, tranquilidad y en familia pasar un día inolvidable. Berriozábal es uno de esos sitios cercanos, mágicos y benefactores.

La familia Aguilera Gallardo arriba al parque central de Berriozábal. Allí encuentran distintos atractivos y obtienen lo buscado: encuentran un momento especial de convivencia familiar, con un clima fresco y un cálido ambiente en cuanto a la hospitalidad de las personas.

Berriozábal es un sitio que puede y debe visitarse con frecuencia. Desde antes de la llegada al centro, la familia disfruta de un ambiente diferente en el trayecto. Los viveros lucen atractivos, hermosos, tentadores. Apostados a las orillas de la carretera, los vendedores de flores y plantas de ornato, también maceteras, esperan el arribo de los visitantes.

Algunos autos se detienen, van de llegada. Otros también se detienen, van de salida. Algunos compran, otros solamente preguntan, satisfacen así su curiosidad. Posteriormente, probablemente, puedan adquirir algunas plantas y maceteras. Algunos ya van cargados, en camionetas llevan pastos, flores y abono. Berriozábal es famoso por sus viveros, pero también por las hamacas y sus artesanos. Lo que pocos conocen es la calidez de los habitantes de Berriozábal.

Desde la llegada al centro, una agente de Tránsito Municipal da la bienvenida y orienta al visitante que no sabe dónde estacionarse. Una cinta plástica delimita el paso hacia la zona sur del parque, donde no se puede circular. Sin embargo en ese sitio hay un vendedor de chamoyadas y micheladas. Al estacionarse el automovilista, elige dirigirse hacia el parque central con su familia. La reina del hogar decide quedarse un momento a preguntar los precios de unas vestimentas. La que atiende el local, una jovencita de unos 17 años, amablemente ofrece a la visitante información sobre costos, diseños y le sugiere la mejor prenda que va con ella. En realidad la visitante capitalina no quiere algo para ella, sino para su hija adolescente. La muchacha sonríe un poco apenada al darse cuenta de su error y corrige. Ofrece la mejor prenda para la adolescente hija de la visitante.

La familia integrada por cuatro miembros se dirige, luego de comprar la prenda, hacia el centro. Allí se ubican en una banca hamaca, hermosa, bien tejida, con colores vívidos, atrayentes. Es una de las pocas bancas libres, las otras están ocupadas. Hay visitantes de Tuxtla, de otros municipios, pero la mayoría son habitantes de Berriozábal. Se dan cita porque quieren también pasar un momento de convivencia familiar. Hay niños, adolescentes y familias enteras. Hay también adultos mayores.

La mayoría se observa con el celular en la mano, de los visitantes de fuera pocos saben que ese sitio cuenta con internet gratuito. Sí, el Ayuntamiento hizo un convenio con la CFE y ahora tienen internet para todos, gratuito. Es más accesible, más económico y con mejor señal: buena elección. Por eso es que muchos concurren también para tener señal gratuita y así poder conectarse en las redes sociales. La familia Aguilera Gallardo lo descubre después y sonríen al darse cuenta de que pasaron mucho tiempo consumiendo sus datos, teniendo señal gratuita.

En la entrada oriente del parque es donde disfrutan de la banca hamaca, luego pueden constatar personalmente los diseños de los árboles podados artísticamente, uno de ellos en forma de elefante, incluso con dos "colmillos", dos varas naturales que se han secado, dejados a propósito para simular los colmillos del elefante. El visitante se puede tomar fotos. El arbolito está ubicado en la parte central, en el área de pastos donde nadie puede pisar, pero a los lados dejaron precisamente andadores con piso de adoquines donde el visitante que desee llevar un recuerdo puede colocarse a ambos lados, sin ningún problema.

Un poco hacia la izquierda del "elefante", está otro arbolito podado también artísticamente, tiene una forma de dinosaurio, bien delimitado, bien formado, bien podado, este dinosaurio es un atractivo natural, ahí ya no se pueden parar cerca, pero de igual manera hay un espacio especial para poder tomarse la foto del recuerdo.

El recorrido sigue y hay un kiosco donde las personas se pueden sentar a conectar sus teléfonos celulares, por si se estaba acabando la energía. Allí se observan a jóvenes y señoritas que están en espera de la pareja, tienen alguna cita, pero no ha llegado él o ella... y esperan. Y mientras esperan, para no desesperar, conectan sus teléfonos y empiezan a consultar las redes sociales.

A un lado del kiosco están los juegos infantiles donde los niños gritan, corren, saltan, se divierten observados de cerca por sus padres, que siguen sentados en las bancas hamacas o en las bancas metálicas, en las mesas semicirculares donde se puede disfrutar de algunos bocadillos mientras se disfruta de la conexión gratuita.

El recorrido del parque pequeño en dimensión, grande en belleza, puede continuar hacia el extremo oriente. Después del kiosco hay un paseo o andador que está techado con pequeñas hamacas, pequeñas, pero numerosas y bien diseñadas. Son hamacas de distintos colores qué sirven de valla y de techo para el visitante que camina bajo de ellas, asombrado por la belleza y los diseños. Son de colores, resistentes al paso del tiempo y de los efectos climáticos como el Sol y las lluvias. El paseo es breve, ese andador tiene aproximadamente 2 metros de ancho por unos 12 de largo. Hay otro hacia el norte y ese paseo en forma de túnel con flores y plantas naturales y otras artificiales, también da la bienvenida al visitante y le forma una valla como diciéndole "pasale, estás en tu casa".

Hay otro andador similar hacia el sur y hacia el poniente, hacia los cuatro puntos cardinales. Para donde usted desee caminar están estos andadores en formas de túneles cubiertos por flores naturales y artificiales. Es un deleite caminar a través de ellos como si fuera un paseo por el túnel del tiempo. Algunas personas están al interior platicando de todo un poco y a la vez degustando algunos helados o bocadillos.

Las áreas lucen verdes, verdes vivos, verdes atractivos, el pasto muy bien podado, como los árboles, artísticamente. Se ve el cuidado, se ve el esmero, se ve la atención, se ve la inversión. que si bien es cierto no requiere de grandes recursos, sí de buen gusto y sí de cuidado, de disciplina, de orden y organización. Los letreros disuasivos piden amablemente no pisar el área del pasto. Pocos letreros, hay buena cultura por parte de la ciudadanía.

El lugar se observa limpio, hay una persona del Ayuntamiento barriendo de vez en cuando, pero es la gente que asiste allí quien tiene buena cultura. Una de las personas que se encuentran en el lugar comete el error de tirar basura en el piso, pero al ver que el lugar luce limpio enmienda su actitud errada, levanta la basura y la deposita en uno de los recipientes alrededor del parque.

Dos vendedores de coco y botanas invitan a los visitantes, entre ellos a la familia capitalina Aguilera Gallardo, a consumir con ellos. Una señora de unos 40 años de edad ofrece coco, al tiempo o frío, también tiene tepache frío, preparado dice ella.

La familia se divide: unos van a comprar raspados y chamoyadas. Otros deciden comprar agua de coco y papas fritas. Uno de ellos pide el tepache preparado, no saben en qué consiste, pero la que despacha les explica que lleva tamarindo y otros ingredientes que lo hacen delicioso. Al final se convencen que la mejor opción era el tepache preparado, cuesta 20 pesos, un vaso grande de un litro. El agua de coco, también natural, 20 pesos. Si gusta puede comer la pulpa. Uno de los visitantes lo pide así y cuando la señora está preparando, cortan el coco, su hijo alcanza a gritar ¡cuidado!, pero el aviso llega tarde: el coco cortado en un extremo ha quedado roto y el agua de coco ha salpicado al visitante, pero éste no se enoja, se ríe compartiendo la risa de la señora que vende el coco.

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El incidente chusco pasa inadvertido y después todos empiezan a degustar el agua de coco, el tepache, las papas fritas y otros bocadillos que allí venden amablemente. Todo se observa limpio, higiénico y de buen gusto. Es el trato de las personas que están allí, el mejor. No cansan, no acosan al visitante, le ofrecen, le sugieren, le explican amablemente y dejan que él elija lo mejor para consumir.

Uno de los atractivos que llama la atención de los visitantes es que a un lado de la zona empastada, al sur del parque, se encuentra un monumento peculiar. Alguien construyó e instaló una Biblia abierta, sí una Biblia. No hay un monumento erigido de algún personaje distinguido, de algún héroe de la Patria, no está allí la estatua de algún presidente municipal, no. En el lugar se instaló una Biblia abierta, tiene dos páginas grabadas: la primera dice Éxodo 20, contiene los 10 mandamientos dados por Jehová en el Sinaí a Moisés, para la humanidad, ciertamente en ese tiempo para Israel. En la otra página plasma el mensaje de Apocalipsis 13. Es, pues, el principio y el final de la historia de la humanidad la que está resumida en ese monumento. Así se insta al lector, al visitante, al ser humano en general, para atender las indicaciones del Creador, así como para obtener la mejor eficiencia de un artículo adquirido, llámese aparato electrodoméstico, llámese automóvil o teléfono celular, es importante seguir el instructivo para obtener el mejor resultado, de igual manera el ser humano necesita un instructivo para su vida, una guía para no cometer tantos yerros que deriven en daño para sí mismo. Por eso alguien acertadamente decidió instalar ese monumento, cual exhorto, cual faro para guiar la senda del nauta y evitarle un naufragio doloroso, trágico... mortal. Allí pues está la invitación.

Al otro lado, al lado norte del parque, hay un interesante lugar. Además de los árboles podados en forma de ositos, de casitas, de jirafas y otros animales u objetos, como un avión, además de eso hay dos alas enormes. Están sobre una acera. Hay unas gradas para llegar a la parte alta y poderse parar a tomarse la foto. Dos alas extendidas donde la persona se coloca el centro y puedes simular ser un águila humana, puede simular ser un ángel o algo que a él le agrade que tenga 2 enormes alas.

Sí, es un sitio donde la persona está con los pies sobre la Tierra, pero tiene las alas extendidas, listas para volar. El ser humano debe vivir así, aunque pueda elevarse hasta las alturas de la prosperidad, del logro intelectual, académico, social o económico, debe mantener los pies sobre la Tierra, debe seguir siendo humilde, pues los grandes son humildes, los grandes hombres y mujeres han sido personas que no han perdido piso, que se han mantenido humildes; han venido para servir y no para ser servidos. Así, esas alas enormes permiten al ser humano volar con las alas de la imaginación. Se vale soñar, se vale proyectar, se vale planificar, se vale elevarse sobre las alturas, lo que no se vale es perder piso y sentirse por encima de los demás. Nadie es más, nadie es menos, todos fuimos creados con una sola sangre, todos venimos de una misma fuente y todos nos dirigimos hacia allá eso lo tenía claro quién hizo ese parque, ese monumento de la biblia y esas alas enormes y por si esto fuera poco aún hay más: el baño ubicado hacia el lado norte, también frente a las alas enormes, es un baño especial: especial por dentro y por fuera. Por fuera hay una hermosa pintura de un apicultor recolectando la miel de las cajas, es una pintura hermosa obra del pintor Carlos Castillo, allí deja su número de teléfono para invitar a alguien que esté interesado en su servicio.

Es un baño único por fuera y por dentro. Por fuera la pintura y por dentro un hombre amable ofrece por sólo 3 pesos el servicio, da buena cantidad de papel higiénico, da la bienvenida con una amable sonrisa y le indica al visitante el baño que está disponible.

Por dentro de los baños también son especiales. Se observan escrituras, mensajes no muy gratos como la pintura de afuera. Los mensajes - tal vez de broma, tal vez de juego o algunos en serio- son una guerra sin cuartel, "mensajes de" X" grupo delictivo contra "Y" grupo delictivo y allí se dan enfrentamientos verbales, palabras obscenas intimidatorias, de uno hacia el otro. Es el "negrito en el arroz, es la parte feíta que pocos ven, están allí ocultos en la intimidad de los baños, es lo único que podemos decir que no armoniza con lo demás. El resto de la instalación del lugar es hermoso, es ordenado, es limpio, es de armonía. Habla de solidaridad, de unidad, de paz, habla de bendición. Ese es el centro de Berriozábal, es un lugar pequeño, como el municipio. Sus habitantes no son más numerosos que la colonia de Terán, en Tuxtla Gutiérrez. Es un lugar pequeño, pero hermoso. El clima es hermoso, especial, fresco, no frío, no calor, no bochornoso y a pesar de que el lugar se caracteriza por la escasez de agua, el pasto y las plantas lucen verdes. Sí, porque está lloviendo, pero así es en todo tiempo, hay agua para lo que se requiere, para los seres vivos, para la belleza. El ayuntamiento actual está siendo bien dirigido, hay una persona con mente abierta, con creatividad y con buena voluntad y con deseos de hacer bien las cosas. En el área de comunicación, un viejo amigo también hace su trabajo muy bien al igual que el alcalde. Allí hay seres humanos sensibles a la necesidad humana y a eso se dedican.

Berriozabal tiene mucho más que ofrecer, es más que el centro, más que el parque, más que los viveros, tiene zonas para visitar como Paso Burro, como la finca Vista Hermosa, entre otros donde usted puede gozar de áreas naturales como el río de paso burro o como los viveros originales, productores de las plantas y las flores que se encuentran a un precio más elevado en los viveros de la carretera. Usted tiene un jardín del Edén en miniatura, cerca de la capital chiapaneca o del municipio donde se encuentre. Chiapas es hermoso por sus sitios, pero también por su gente y Berriozábal es una pequeña muestra de ello, es un botón. Allí usted puede asistir personalmente a constatar la veracidad de lo que le decimos. La familia Aguilera Gallardo no lo dudó y asistió a Berriozábal. Hoy piensan regresar nuevamente, porque salieron con un buen sabor de boca, literalmente hablando: Por el tepache, por el agua de coco, por las papas fritas, por los bocadillos que degustaron, pero sobre todo por el trato de la vendedora de ropa y el tepache.

También porque visitaron Paso Burro y la finca Vista Hermosa. Usted no se quede con la duda y acuda personalmente, solo o en familia, a constatar la belleza de Berriozábal.