En la colonia Capulines 1 de Tuxtla Gutiérrez.
Es joven, tiene fuerzas para trabajar de forma honrada: tal vez peón de albañil, tal vez pepenador de PET, probablemente limpia parabrisas o podando árboles, pero prefiere dinero fácil, según él y en realidad no es tan fácil.
Violar chapas, brincar cercas o bardas, enfrentar perros bravos y arriesgarse a ser detenido, golpeado y hasta linchado por enardecidos vecinos, eso no es fácil.
El joven lo sabe y aún así corre el riesgo, prefiere ese tipo de vida. Esta vez irrumpió en la casa habitación de una familia en la Colonia Capulines 1 de Tuxtla Gutiérrez. Amparado por la obscuridad de la noche el hombre entró a la vivienda, fue grabado.
Uno de los vecinos vigilantes que no estaba durmiendo se dio cuenta del ilícito, activó la alarma con los demás vecinos vía WhatsApp y juntos llegaron para detener al facineroso. Posteriormente lo entregaron a la policía.
Como éste son varios casos donde vecinos unidos han detenido a los delincuentes. Las lonas disuasivas que advertían "ratero que agarremos ratero que linchamos" ya no están más, se han deteriorado por el paso del tiempo, por la lluvia, por el sol. Se rompieron y ya no fueron colocadas nuevamente.
Durante algún tiempo algunos lo hicieron válido: golpearon a los delincuentes detenidos. Ahora son más razonables, ahora si los detienen los entregan a la policía. Saben que tampoco es correcto hacer justicia por mano propia, saben que el mal no se combate con el mal y que la violencia no se combate con la violencia. Así que por una u otra razón han optado por que sea la autoridad competente quien determine la condición jurídica del detenido, y esta vez así fue.
No hay comentarios:
Publicar un comentario