Lo secaron ocultamente, hoy lo derribaron a la vista de todos.
Seis hombres se dan prisa para cortar las ramas del árbol seco derribado. Les urge irse del lugar para evitar ser fotografiado, pero el tiempo que se encuentran en el lugar es suficiente para que más de un automovilista o peatón tome evidencias de lo acontecido y las envíe a los diferentes medios.
El árbol ubicado sobre calzada al Sumidero y libramiento Norte finalmente fue derribado. Era lo que querían. No se atrevieron a cortarlo cuando estaba verde y vivo, porque tenían miedo a la multa elevada que el Ayuntamiento les daría. Así que recurrieron a la estrategia malsana y clásica: ponerle clavos, echarle aceite quemado y esperar a que el tiempo hiciera lo suyo.
Era cuestión de tiempo y el tiempo no perdonó, el árbol se fue secando cada poco. La gente lo notó y lo señaló. El repudio ciudadano fue generalizado contra el local comercial que llegó a establecerse en ese sitio.
Las fotos del antes y después dan cuenta que el árbol estaba bien, no era viejo para pensar que se secó por la edad, era relativamente joven. Una mujer que, protegida bajo las sombras de ese árbol, vendía agua de coco, tendrá que buscar otro sitio, pues allí ya no cuenta con la sombra protectora. Quizás ese fue el motivo de raíz para secar el árbol. Otros aseguran que fue para que no tapara la visibilidad del negocio. Lo cierto es que el árbol fue secado a propósito.
Varios hacen lo mismo en distintos lugares, en domicilios particulares e incluso en escuelas. Jessica "N" tiene un árbol de coco ya grande, pegado a su casa en la Rivera Cerro Hueco. Pasa cerca de los cables de alta tensión, desea tirarlo y pidió permiso a Protección Civil. Le indicaron que le cobraban 6000 pesos.
"Qué lo voy a estar pagando", dijo, "mejor le voy a echar clavo y aceite quemado y que se seque cada poco, solito va a caer después", dijo la mujer. Como ella varios llegan al mismo razonamiento: matar poco a poco el árbol para que no se pague por derribarlo y menos la multa. Así, numerosos ecocidios se cometen impunemente en Tuxtla Gutiérrez.
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