Hacen falta más personas así. Mientras otros tiran árboles, él los siembra y cuida.
Todos se sorprenden muchos lo reconocen, pocos le agradecen, nadie lo imita. Aún así el hombre cumple con su deber moral auto impuesto. Nadie le paga por ello, no busca los reflectores de los medios de comunicación, solamente cumple con lo que su conciencia le dicta. Es un automovilista el que capta el momento y nos lo comparte y genera reacciones positivas entre la ciudadanía. Es un hombre que cuida de la naturaleza, riega las plantas cada día, aunque no están en su terreno.
Nadie sabe cómo se llama, dónde vive o a qué se dedica. Nadie se lo pregunta, tampoco le interesa a él que se sepa. Acude cada día a dejar a su hija al Cebech ubicado en el Fraccionamiento Santos de Tuxtla Gutiérrez.
Luego de dejar a su hija en la escuela, se dirige al lugar donde hay plantitas que seguramente él sembró también. Las cuida con esmero y atención, las riega, para ello trae agua desde su casa.
Nadie se había percatado de este buen detalle hasta esta mañana cuando un automovilista, padre de familia también, notó la buena acción y tomó una foto, y nos la compartió.
Es justo reconocer la acción plausible. Pocos la realizan. Este buen gesto contrasta con las acciones realizadas por algunas otras personas en otro punto de la ciudad capital.
Anoche mismo un automovilista también captó el momento en que manos criminales derribaron un árbol en la 5a Norte Poniente, cerca de conocida ferretería. Utilizaron el amparo de la noche para cometer su ecocidio.
Otra escena que fue muy difundida fue la del árbol secado sobre Calzada al Sumidero y libramiento Norte de Tuxtla Gutiérrez. Y como estas escenas lamentables hay muchas a lo largo y ancho de la capital chiapaneca, pero escenas como las captadas hoy de este hombre que riega, que cuida, que ama a los árboles, hay pocas, muy pocas.
Hoy, al verlo, todos se sorprendieron, muchos lo reconocieron, pocos agradecieron... nadie lo imitó
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