Reaccionó enardecido porque el pequeño pedía cena a su madre que tomaba con su pareja, anoche, en la colonia Lindavista Shanká.
Un niño ya no podrá celebrar su día este 30 de abril. Su padrastro le arrebató la existencia. "Debe pagar con sangre y ser torturado hasta que pida clemencia y ruegue que le quiten la vida", exclama un hombre indignado al enterarse de la terrible noticia. Un hombre, en estado de ebriedad golpeó inmisericorde a su hijastro de tan solo tres años de edad. La madre del niño fue testigo y en vez de defenderlo permitió la agresión. Hoy en la mañana despertaron a la realidad: el niño perdió la vida.
La noticia indigna a propios y extraños. ¿Cómo es posible que la madre fuera capaz de permitir esta agresión? Se preguntan todos. ¿Cómo fue que toleró los golpes a su pequeño e indefenso hijo? La explicación es una, solamente: estaba bajo los efectos del alcohol y su prioridad fue su vicio antes que su hijo.
La noche de ayer sábado 22 de abril, en la avenida Primero de Mayo de la Colonia Lindavista Shanká, en Tuxtla Gutiérrez, una familia convivía ingiriendo bebidas embriagantes. Ya era noche. El pequeño de tres años de edad tenía hambre. Le pidió a su madre que lo atendiera y le hiciera algo de cenar. El padrastro del niño, enardecido porque el niño interrumpía la plática, pedía atención y cena, se levantó y lo comenzó a golpear delante de todos. No contento con los golpes que le dio a puño cerrado, lo levantó y lo estrelló contra la pared... le abrió el cráneo.
El niño se fue a acostar, pero ya herido y sangrando. Los presentes, entre ellos el padrastro agresor, la madre y la tía del niño, no le dieron importancia a lo ocurrido y siguieron ingiriendo alcohol. Fue hoy en la mañana al despertar que se percataron que el niño estaba ensangrentado, inmóvil. Llamaron al 911 pidiendo auxilio. Llegó la ambulancia de la Cruz Roja Mexicana. Lamentablemente los paramédicos corroboraron que el niño estaba no contaba con signos vitales.
La familia ahora despertó de su letargo, despertó a la realidad. Ahora sienten remordimiento de conciencia. Ahora saben lo que les espera, pero ya es demasiado tarde. El daño está hecho. El Niño está sin vida. Y ellos tienen que enfrentar a la justicia.
Al lugar acudió también la Policía Municipal. El sitio fue acordonado. Nadie puede entender y concebir cómo una madre fue capaz de permitir tan salvaje golpiza a su hijo, dándole prioridad al alcohol por encima de la integridad de su hijito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario