TUXTLA / Tapa cochera por entrar al motel

Calenturiento dejó su auto frente a garage en la 5a. Norte entre 2a. y 3a. Poniente. Lo infraccionaron.

Llegó triunfante y sonriente, con la sonrisa dibujada en el rostro como quien acaba de lograr una gran hazaña. Y al ver la boleta de infracción sobre el parabrisas de su coche, la sonrisa se esfumó. Y se tornó en mueca de enfado? Sembró y no le gustó la cosecha. Un momento de placer le trajo una amarga y cara multa.

Iba tan afligido que no se percató que su auto quedó obstruyendo la entrada y salida de vehículos en una conocida empresa de telefonía, cable e Internet ubicada sobre la 5a. Norte entre Segunda y Tercera Poniente de la capital chiapaneca.

Con paso presuroso el conquistador se dirigió al motel ubicado frente al local citado. Ingresó al lugar y ahí permaneció alrededor de una hora. Cuando los trabajadores de la citada empresa se disponían a salir para cumplir su labor, no pudieron hacerlo debido a que la entrada del garage estaba obstruida por el auto del "Juan Tenorio".

Los afectados llamaron a Tránsito Municipal y en efecto, los agentes llegaron. Quitaron una placa y dejaron la boleta de infracción sobre el parabrisas del vehículo. Realmente lo que necesitaban los agraviados era que el auto se moviera, que fuera llevado al corralón por la grúa. Pero esto no fue así.

Y es que lamentablemente el Reglamento establece que por una infracción se debe contar con una garantía, la que puede ser la licencia del conductor, o en su ausencia alguna de las placas del vehículo. Solamente cuando no hay ninguna de las garantías anteriores se procede a mover el auto como garantía.

De esta forma los trabajadores siguieron sin poder salir. Mientras, el responsable de esta situación se encontraba experimentando un momento placentero en el motel de enfrente.

Terminado el trance amatorio el conquistador llegó por su auto, con una sonrisa en el rostro y una torta para desayunar y recargar energías. La sonrisa se esfumó y la torta casi se le atoró cuando vio la boleta de infracción.

No le gustó, por supuesto, pero nada se puso a pensar en el daño que hizo a los trabajadores de la empresa, a quienes retuvo por más de una hora. Sembró y cosechó. El incidente fue observado y narrado por un trabajador de la empresa citada.