Presuntamente "servidores" golpearon a un interno por darle quejas a su familia.
Cuando sus familiares los internaron en el anexo denominado "Llibertados del infierno", creyeron qué éstos saldrían rehabilitados. El ofrecimiento de ayuda está lejos de la realidad, dicen quienes están padeciendo en carne propia un verdadero infierno y buscan salir de cualquier manera. Denuncian ante este medio algunas anomalías que deben ser atendidas por las autoridades.
Los quejosos que piden el estricto anonimato por temor a represalias, indicaron que el citado anexo se encuentra en la calle Caoba de la colonia 6 de Junio 3 Sección, en Tuxtla Gutiérrez.
Indicaron los denunciantes que en dicho lugar ofrecen un paquete de desintoxicación inicial obligatorio con un costo de 1000 pesos. También obligan a una prueba inicial de terapia psicológica individual con un costo de 250 pesos.
Lo peor viene después. Debido a las condiciones insalubres ha comenzado a cundir una rara enfermedad entre los internos. Empieza con sarpullido en la piel, se tornan en granos, se llenan de pus y no les dan un tratamiento adecuado, aseguran.
Esta situación se deriva de que presuntamente todos defecan y orinan en una cubeta, encerrados en un cuarto de 4 x 4, donde 23 jóvenes aproximadamente están hacinados. A veces, dicen, al lado de esa cubeta llena de excremento, se sientan para comer.
Los alimentos son paupérrimos, "un vaso de maseca y un vaso de agua de la llave para su desayuno. En la comida hay una pequeña porción de caldo de verduras podridas", aseguran los denunciantes.
"Otras veces les han dado solamente rebanadas de pepino y rábanos o frutas podridas. No se vale", indicaron, pues a las familias de los internos les piden una despensa cada quincena. Con una canasta básica que incluye 1 kg de carne, pero en ningún momento se los dan a los internos".
"Asimismo, les piden artículos de limpieza personal, pero tampoco se los otorgan. No se bañan diario, sólo cuando tienen visitas, que es cada 15 días. Comparten toallas, jabón, colchonetas. Y su ropa tienen que lavarla en una misma agua jabonosa. Y enjuagarlo, todos en la misma agua", aseguran.
Además, dicen, los internos no tienen derecho de hablar entre ellos si no le piden permiso a los "servidores". Y si hacen caso omiso, los agreden física y verbalmente hasta llegar a casos extremos de amarrarlos, cubrirles la boca con un calcetín y dejarlos sin comer durante varios días o parados día y noche.
Algo lamentable que ocurre, agregan, es que cuando reciben visitas, si alguien dice algo de lo que allí acontece, posteriormente toman represalias contra el que abrió la boca. "Los golpean al punto de hacerlo vomitar sangre. Revientan la nariz, los bañan con agua helada y después los golpean con un cinturón hasta reventar la piel", indicaron.
Los quejosos comentaron que hay un interno que ya no soporta el infierno que vive adentro, por lo que para llamar la atención y obligar a que llegaran sus familiares cometió un acto adrede. Conscientemente quebró una televisión para que así llamaran a sus familiares y poder salir. Sin embargo, los encargados del anexo llamaron a los familiares por separado y les exigieron que pagaran la televisión, pero no permitieron que vieran a su familiar. "Argumentaron que estaba fuera de control y muy agresivo, cuando en realidad estaba bastante golpeado por los encargados del anexo, provocándole lesiones graves", dijeron .
"Le quebraron una costilla, le rompieron la ceja y lo enrollaron en una colchoneta para pegarle y así provocar lesiones internas", dijeron.
"Este joven quedó casi muerto. Los internos oyeron decir a los encargados que si este joven moría lo enterrarían en el patio de ese lugar. Y dirían que se había escapado", concluyeron los denunciantes.
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