Corrieron a una mujer que daba un bocado a un pan afuera de urgencias. Incluso llamaron a una patrulla policiaca.
Una joven madre llegó con la angustia de tener a su bebé enfermo a Urgencias del IMSS número 25. Salió con la amenaza de que llamarían a la patrulla. Y lo hicieron. El único delito de la fémina fue comer un poco de alimento con el aval de una doctora. Los vigilantes privados fueron los verdugos de esta mujer.
La agraviada, relató que ayer, alrededor de las 9:00 horas llegó al área de urgencias del IMSS número 25 en Tuxtla Gutiérrez. "Llegué sola, ya que mi esposo estaba en el trabajo. Pasé alrededor de las 3:00 de la tarde. Ingresaron a mi bebé y lo tuvieron en observación. Llegó mi suegra para apoyarme en tanto llegaba mi esposo", dijo.
Agregó que cuando su esposo llegó éste le llevó un pan y un poco de agua, ya que desde la mañana no había comido nada. Por ello, la mujer pidió permiso a la enfermera para salir unos minutos y comer algo. La enfermera accedió diciendo que no había problema alguno, pues su suegra la relevó.
"Nos sentamos en la parte de afuera de urgencias para comer algo, ya que la doctora me había autorizado el permiso de salir y comer ahí. Pues la lluvia estaba fuerte y yo no podía mojarme porque debía estar con mi bebé", agregó en su relato la denunciante.
Justo cuando estaba dando el primer bocado, llegó una vigilante privada que cuida en el lugar. La cuestionó sobre quién era su paciente. Y le pidió que se saliera del lugar, pues no podía comer allí. Aún cuando se le explicó que había sido autorizado por la doctora insistió de forma grosera que le valía un comino esa autorización.
La mujer grabó a la agente privada de seguridad y exigió que borrara el vídeo. Incluso llamo a un supervisor, quien a su vez llamó a una patrulla de la Policía Municipal. Y amenazó con que si no se salía llamaría a una "persona pesada". No especificó quién.
La enfermera llegó y abogó por la mujer diciéndole que entrara al área de urgencias y que no se preocupara, pues no había hecho nada malo, que los vigilantes estaban en mal plan.
Por fortuna, el bebé salió controlado y cuando se disponían a salir del IMSS 25, se toparon con la patrulla policíaca.
Mientras la pareja esperaba un taxi, el policía interrogó a la mujer y le explicaron lo sucedido. El oficial coincidió en que no habían hecho nada malo, y que los vigilantes privados habían hecho mal en tratar de esta manera a la derechohabiente.
La denunciante concluyó diciendo: "Sinceramente es molesto que uno acuda por una emergencia, y en vez de ayudarnos estos vigilantes privados nos dan un trato inhumano y nos hacen más pesada la carga emocional con que uno llega". Por ello, pidieron a los patrones de estos malos vigilantes tener cuidado con el personal que contratan, pues no es la primera vez que estos elementos tienen señalamientos por parte de los derechohabientes del IMSS.
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