TUXTLA / Peregrinos abrazados por la Virgen - El Centinela MX

NOTICIAS

Post Top Ad

¿Te interesa uno de nuestros espacios?

Post Top Ad

Anuncios

viernes, 8 de diciembre de 2023

TUXTLA / Peregrinos abrazados por la Virgen

Salieron de Comitán, llegaron a Cintalapa y ahora regresan a casa. Prevén llegar justo el 12 de diciembre.



A propios y extraños les llama la atención la escena: tres adolescentes peregrinos avanzan en fila, de poniente a oriente, sobre el libramiento Sur Oriente. La imagen es poco común, no es frecuente observar a un grupo de peregrinos tan pequeño ni con menores de edad, mucho menos sin protección a la vanguardia y la retaguardia. Es un trío de amigos y familiares que salieron de Comitán, llegaron a Cintalapa y ahora regresan a casa. Prevén llegar justo el 12 de diciembre. Se sobreponen al cansancio, a la sed, al hambre y al frío. Son sostenidos por la columna de la fe. Uno de ellos vivió en carne propia un maravilloso milagro y ahora muestra su gratitud con este peregrinaje. 


"Desde el cielo una hermosa mañana, desde el cielo una hermosa mañana, la guadalupana, la guadalupana, la guadalupana desde el Tepeyac", se escucha quedamente. No buscan ser foco de atracción por eso el volumen bajo. La música proviene de una bocina de tamaño mediano que es remolcada en una curiosa carretilla de madera, empujada por Rafael. 



Los observamos sobre el libramiento Sur Oriente a la altura de la colonia Paseo del Bosque. Mientras orillamos nuestro vehículo para tratar de tomarles foto y entrevistarlos, en poco tiempo han avanzado hasta el crucero del bulevar Andrés Sierra rojas y Calzada Señor del Pozo. Caminan muy rápido, necesitan hacerlo así si es que quieren llegar la fecha indicada a su destino. 


Jadeante por haber corrido atrás de ellos, cuando por fin los alcanzo les pido la entrevista y ellos amablemente la conceden. También ellos necesitan un pequeño descanso antes de seguir su arduo camino de regreso a casa. 


Los tres adolescentes dicen ser oriundos de Comitán, se fueron a cintalapa y de ahí regresan a Comitán, a pie. Son jóvenes peregrinos del barrio El Mirador, en la gelida ciudad. Manuel, de 16 años de edad, confiesa que es la primera vez que peregrina. "Se siente alegría, toy contento", dice. Es de pocas palabras. Explica que sus papás son católicos de familia. Con pena, confiesa que ya no estudió y se quedó rezagado con la primaria. 


Aunque son jóvenes sus rostros denotan cansancio. Es que ellos, a diferencia de otros que se turnan haciendo escala y subiendo a los autos después de un corto tramo de caminar o correr con la antorcha, estos adolescentes comitecos tienen que caminar siempre, a excepción de la noche cuando se detienen a descansar en un lugar alumbrado. 


Así, pues, durante su arduo peregrinaje soportan hambre, sed y frío, no pueden cargar colchas, colchonetas o abrigos, pues la mochila aumentaría de tamaño y de peso; llevan solo lo indispensable. Se detienen a pernoctar en una gasolinera o en una tienda de conveniencia donde haya alumbrado. Aunque tienen fe y consideran que Dios los protege, no son temerarios ni se exponen innecesariamente. Saben de la condición de inseguridad que prevalece en todos lados y no se exponen. 




Toca el turno de entrevistar a quien dice llamarse Rafael Rodríguez Pérez, de 17 años de edad, él se sincera y dice que no es la primera vez que peregrina. Lleva tres años peregrinando en Chiapas y cinco yendo a la Ciudad de México. Dice que le gusta mucho peregrinar, "es bonito", sintetiza. Viajaron de Comitán a Cintalapa y ahora regresan a casa. De Cintalapa a Tuxtla les llevó cuatro días de caminata. Esperan llegar a Comitán justo el 12 de diciembre, asegura. 


Concede la entrevista sin soltar la carretilla de madera en la que carga una bocina que emite la música que sirve de fondo a la entrevista. Los automovilistas y peatones que pasan por el lugar se detienen a observar la escena, ahora con el reportero agregado. 


Rafael explica que la música suena continuamente mientras peregrinan, es en las noches, mientras que descansan, que recargan energías y también la batería de la bocina que se ha descargado durante el trayecto. "Pedimos prestados los contactos para la energía eléctrica y le decimos que vamos a pagar, pero hasta ahora gracias a Dios nadie nos ha cobrado", asegura Rafael. Nadie podría hacerlo. Todos, creyentes o no, católicos o no, comulgan con la fe de estos adolescentes valientes y los apoyan con lo que pueden.

En la lona tricolor que cubre la bocina dentro de la carretilla de madera, dice "caminata Comitán Cintalapa Comitán, barrio El Mirador", éste es el barrio donde viven los tres valientes, pero también precavidos jóvenes que caminan por toda la orilla, sin exponerse demasiado. 


Rafael dice que aunque en otros lugares los jóvenes son muy superficiales y pocos dados al catolicismo, en Comitán es la excepción, "hay muchos jóvenes que peregrinan y se sienten felices de portar la antorcha". A los que no son como ellos, Rafael les envió un mensaje: "que le echen ganas, que sigan la religión de la virgen, que no se echen a la perdición", asegura Rafael, que dice no toma, ni fuma, no tiene ningún vicio. 



Finalmente entrevistamos a Juan Carlos Navarro Castillo, de 16 años de edad. Durante seis años ha viajado a México para peregrinar a la Basílica de Guadalupe. Explica que empezaron a peregrinar con distancias cortas, llegaron hasta Chiapa de Corzo, luego a Tuxtla y ahora extendieron la ruta hasta Cintalapa. Siempre asumen retos y desafíos, siempre van progresando, mejorando. Así es la vida del cristiano, dice la Biblia "como la luz del día", amanece un poco oscuro, luego más claro hasta que llega al mediodía con la plenitud de la luz. 


Carlos lleva una pequeña mochila al hombro. No carga alimentos. Se detienen a comer hasta llegar a un poblado habitado. Lo observamos cargando una imagen de la virgen de Guadalupe de yeso. La abraza con amor y con delicadeza. Él es católico desde nacimiento, y siente por la virgen mucho cariño y fervor... le tiene mucha fe. 


Y es que a Juan Carlos no le han contado sobre los milagros atribuidos a la virgen María, él lo ha vivido en carne propia, asegura. Dice que Dios y la virgen lo salvaron de una terrible enfermedad que contrajo cuando tenía 7 años de edad. "Mis padres me llevaron al doctor, diagnosticaron la enfermedad y al ver que era algo muy grave mis padres le pidieron a Dios y a la virgen que me curar." Lla enfermedad era muy fea", dice Juan Carlos, sin precisar el tipo de enfermedad que tenía. 


No se detiene a perder el tiempo en dar explicación de su malestar, prefiere enfocarse el milagro recibido y al sentido de gratitud que profesa y que le induce a llevar en brazos a la imagen de la virgen, y caminar durante largas horas. Está muy agradecido, dice. Siempre habrá motivos para agradecer a Dios el milagro de la vida, de la salud, es uno de ellos, pero también el tener una familia, un techo, alimento, ingresos todo el mérito es divino, no hay crédito humano... el humano solo se puede limitar a decir "gracias por el regalo recibido". 


Juan Carlos lo recibió y ahora corresponde con gratitud y con fervor. Juan Carlos, a diferencia de Manuel, sigue estudiando, va en la preparatoria, y en sus planes está seguir la carrera de Arquitectura. Estamos parados justo a un lado del puente a desnivel de libramiento Sur y Boulevard Serra Rojas. Carlos voltea a ver la estructura de concreto y dice que de grande, siendo arquitecto, le gustaría hacer una obra como ésta, siempre y cuando no se caiga, dice bromeando. 


Coincidimos con Juan Carlos que la vida es como una construcción, que también puede derrumbarse a veces y que también implica gran responsabilidad y cuidado, como en una construcción se debe elegir buenos materiales. Es necesario ir eligiendo aquellas cosas que deriven en construir un buen carácter y por consecuencia un buen destino. Hay que elegir los mejores materiales porque tienen que ver no con algo temporal, sino con la eternidad. 



Por ello Juan Carlos también reitera su llamado a la juventud para que busquen los principios y valores, para que "sigan estudiando, que no fumen, que no tomen, que no agarren vicios que no echen a perder su vida", dice Juan Carlos.


Y es que, asegura, en el recorrido se han encontrado con muchas personas tiradas, literalmente, a la vera del camino, personas que son alcohólicas  o víctimas de adicciones, que permanecen atrapadas en las garras de los vicios y les duele el corazón, quisieran ayudarlos, levantarlos, pero ellos tienen que seguir su recorrido, su peregrinaje, pero se van rezando pidiendo por ellos para que lleguen a ser personas de bien. 


Rafael sigue sosteniendo en su mano derecha la antorcha, lo ha hecho durante el trayecto de 5 horas. Es cansado mantener la misma postura así y el cansancio se refleja en los pies, en las manos, en los rostros de los jóvenes peregrinos. Pero ellos no claudican, no sucumben, ellos no se detienen, mucho menos se lamentan. Ellos avanzan, avanzan y avanzan. La mirada es al frente no atrás en casa los espera su familia, en la iglesia los espera la virgen. 


Ellos no llevan una protección a la vanguardia o retaguardia, como otros grupos de peregrinos. No llevan autos a los cuales subirse no llevan apoyo de tránsito para escoltarlos y abanderarlos. Saben que ha habido muchos accidentes. Recientemente atropellaron a un peregrino chiapaneco que perdió la vida. Ellos se encomiendan a la virgen, a Dios y van rezando durante el camino, pero también se cuidan caminando en fila, en la orilla y solamente durante el día. "Llevamos la protección más importante, la de Dios", aseguran y siguen. 


Seguramente llegarán a casa el 12 de diciembre y podrán irse a descansar confiados, tranquilos, cansados pero satisfechos por haber cumplido con su muestra de gratitud. Dios cumplió en sus vidas, ellos con sus vidas le han cumplido a Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Post Top Ad

anuncios 2