Por tener la mano ocupada grabando o tomando fotos. Comienza la revolución...de conciencias.
La gente no aplaudió... Fue por tener el celular en la mano: la mayoría estaban grabando o tomando fotos del evento. Estaban allí por conmemorar el 114 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana. Llegaron porque el esposo, la esposa, el hijo, la hija, el hermano, la hermana el amigo o vecino estaban participando. Pocos aplaudieron, pero la mayoría reconoció la participación y se llevaron el recuerdo grabado en sus dispositivos.
El cierre vial comenzó desde temprana hora este miércoles 20 de noviembre, sobre la Avenida Central desde la 11a. Oriente a la 10a. Poniente. También se cerraron, obviamente, las calles de sur a norte y de norte a sur en ese mismo tramo. A los participantes y los familiares de éstos no les importó dejar sus autos a varias cuadras de distancia; caminaron gustosos, era un momento especial de celebración.
Así, se vieron a niñas, adolescentes, jóvenes y mujeres adultas caracterizadas como Adelitas. Niños, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos caracterizados como Emiliano Zapata, Francisco Villa, entre otros personajes que participaron en la Revolución Mexicana.
Los que no participaron en el desfile cívico, deportivo y militar se quedaron en las escuelas, realizando un evento local con bailables, poesías, reseñas históricas y la infaltable kermes escolar para captar recursos.
Algunos niños se mostraban impacientes por querer iniciar con el desfile. Algunos llegaron desde las 8:30, otros a las 9 de la mañana. Corrían, caminaban impacientes de un lado a otro, bajo la supervisión de sus padres o instructores.
Y el desfile comenzó. La mayoría se esforzaba por hacer su mejor participación al llegar a la altura del templete donde se encontraba el gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón Cadenas, escoltado por los altos mandos de seguridad en los niveles Estatal y Federal, que reconocían el esfuerzo y la entrega de cada participante aplaudiendo a cada uno de ellos.
Pero la entrega y el esfuerzo no cesaban ni se limitaban al pasar frente al gobernador. Al llegar a la altura de la 1a. Poniente, con nuevas fuerzas y bríos renovados, los participantes volvían a hacer gala de su habilidad y entrega para deleitar a los presentes y para que sus familiares y amigos pudieran captar una buena imagen y llevarse un recuerdo a casa de este desfile.
Allí, una vez más se observaron las pirámides humanas, las tablas rítmicas, los taekwandoines, los estudiantes de fútbol soccer, los integrantes del Pentatlón Deportivo, entre otros.
Lo que fue notorio es que pocos o casi nadie aplaudió el desfile de la Cruz Roja Mexicana, la gente no correspondió a su participación.
A los que sí aplaudieron fueron a los bomberos, que también con sirenas ruidosas y unidades llamativas desfilaron encabezados por el presidente del Patronato de Bomberos, Rodulfo Gálvez, que iba sonriente, conduciendo la unidad 08, una Jeep de modelo bastante atrasado. Se detuvo en la 1a Poniente, y cuando quiso arrancar no entraba la velocidad, la palanca se atoró... es una unidad bastante antigua y quizá le falta un poco de mantenimiento. Los recursos económicos han sido el talón de Aquiles de los Bomberos.
Y aunque no ocurrió en Tuxtla Gutiérrez, la sensación fue una pequeña niña que en Berriozábal atrajo la mirada de propios y extraños, chicos y grandes, ricos y pobres. Todos querían grabar el momento. Y es que mientras algunos niños y niñas participaron con algunas caracterizaciones bastante austeras, apareció una niña en un tanque de guerra diseñado por sus padres. Llamó la atención lo creativo, funcional y singular del diseño, porque el tanque de guerra se movía y era conducido por la misma niña, que iba enfundada en un traje militar real. Al parecer sus padres son parte de las fuerzas castrenses ubicadas en el Turcom aledaño.
Algo que llamó la atención y generó el reconocimiento del respetable fue un hombre ciego caracterizado como Emiliano Zapata, que apoyado en el hombro de una mujer (al parecer su esposa) y apoyado con un bastón caminaba sobre la Avenida Central.
De repente lo impensable ocurrió, los que no habían aplaudido hasta ese momento dejaron sus dispositivos a un lado, lo guardaron o sostuvieron entre sus piernas o en sus axilas y aplaudieron espontáneos y nutridos. Es que hacía su aparición el contingente del Centro de Atención Múltiple (CAM D-29) de educación especial. Son niños con alguna discapacidad; iban caracterizados, dando su mejor esfuerzo.
Un adolescente en silla de ruedas llevaba una p1st0la de juguete en la mano y apuntaba hacia los presentes, generando las risas o la emoción y que varios grabaran videos o tomaran fotos.
Muy interesante y creativa fue la participación de los alumnos de la escuela secundaria Moisés Sáenz Garza, que con fragmentos de cartones formaron el escudo y la bandera de México, mientras que otros al juntarse formaron las imágenes, retratos de personajes revolucionarios.
Finalmente cerraron con broche de oro los jinetes. Por fin los caballos pudieron caminar, correr, trotar; algunos relincharon de gusto.
En punto de las 11:30 horas concluyó el desfile. Una mujer que deseaba cruzar de sur a norte sobre la 1a. Poniente, desesperada preguntaba a qué horas quitarían las vallas metálicas. "Es que yo vivo del otro lado", dijo, y justo en ese momento se retiró la valla y ella pudo pasar.
Sonaba en un negocio aledaño la canción "No voy a trabajar, no voy a trabajar". Algunos, en efecto, no trabajaron este 20 de noviembre. Aunque el día otorgado y festivo fue el lunes 18.
Los participantes y los asistentes regresaron a casa felices, por este evento conmemorativo al 114 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana. Hoy más de uno tiene que revolucionar conciencias, familias, escuelas... sociedad.
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