El lema del Instituto Andes es "Crece siempre". Y la fe de los padres e hijos del Instituto citado va creciendo.
Lucía, madre de familia, arribó con el grupo de peregrinos del Instituto Andes Tuxtla. Luego de ingresar a la parroquia de Guadalupe, dejar su donativo y saludar a la virgencita, cargando la imagen de la morena del Tepeyac sale a la calle, acompañada de una amiga y sus dos hijas. La imagen va copada de flores hermosas. "La devoción va creciendo cada año", dice. Tiene razón.
Antes de Lucía, ha salido a la calle con ropa deportiva la siempre atleta y exdiputada local, Paola Villamonte. También ha peregrinado con sus hijas. El lema del Instituto Andes es "Crece siempre". Y la fe de los padres e hijos del Instituto citado va creciendo. Lucía celebra que la fe y la devoción hacia la virgen de Guadalupe también va creciendo cada año, entre los mexicanos y las mexicanas. El grupo que esta vez acudió es muy numeroso.
Luego llega al lugar un grupo no muy numeroso, son apenas cinco jóvenes, su ropa denota el largo trayecto recorrido y el color oscuro de la ropa de manta lleva el sello del humo despedido por la antorcha guadalupana.
Los jóvenes ingresan llevando un carrito de madera en el cual llevan una bocina con la música que los acompañó en el trayecto para mantener su fervor y su fuerza en momentos de debilidad y cansancio. También lleva varias botellas con agua purificada para saciar su sed durante su larga caminata.
De pie frente a la virgen morena y delante del sacerdote que los recibe con una calidad bienvenida, los jóvenes gritan sus porras y vitorean a la virgen morena.
El sacerdote da las instrucciones para que acompañen a los jóvenes con sus vítores y en el recital de un poema plasmado en una de las lonas que llevaron los jóvenes. Dentro de la parroquia hay unas 120 personas, pero cuando el sacerdote lee la primera estrofa nadie la acompaña, y él los exhorta a que se unan. Les da una segunda oportunidad y una vez más no lo acompañan. Y es que no tienen ellos acceso a la pancarta, no se saben la letra y tampoco pueden repetir lo dicho por el sacerdote por el eco que distorsionan las palabras dentro del recinto.
El sacerdote cambia el método y entrevista a los jóvenes en público. "¿De dónde vienen?", les pregunta. Ellos responden "de Tapanatepec, Oaxaca". Van a La Trinitaria, Chiapas. "¿Y se cuidaron en el camino?", agrega el prelado. Ellos asienten con la cabeza. "Sí, hay que cuidarse", añade el cura.
Luego, antes de que se retiren, les da la bendición. "Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Que la virgen de Guadalupe los acompañe y los guarde, amén, así sea", concluye el sacerdote.
Los jóvenes se dan la vuelta y cuando el que porta la antorcha está por salir del recinto sagrado, el sacerdote los llama. Olvidaban registrarse en el libro de visitas, así que una señorita los acompaña y les da las instrucciones. Es uno solamente, el líder del grupo, el que registra el nombre de la peregrinación pequeña.
Otro grupo de peregrinos arriba al lugar, portan uniformes que dice "Cerva", es un grupo de rescate, voluntarios, paramédicos y rescatistas. Ellos ya están sobre la acera, un sacerdote acompañado de un monaguillo rocía el agua bendita a las unidades que se detienen frente a la parroquia de Guadalupe.
Una camioneta color negro que nada tiene que ver con el grupo de peregrinos, se detiene y la camioneta adornada con globos de color verde, blanco y rojo que va atrás, lo choca por alcance. No guardó su distancia o se distrajo el conductor y se produce el impacto. La fascia se desprende. Un joven sordo que busca recibir unas monedas en el lugar corre para tratar de apoyar al afligido conductor. Alguien lo detiene.
Una dama que va como copiloto de la camioneta color negro voltea a ver al sacerdote y éste sonríe, les rocía el agua bendita y la camioneta sigue su camino: no hubo reclamo ni por parte de ellos ni del que produjo el choque. Un voluntario corre a colocar la fascia desprendida y la camioneta avanza para luego estacionarse sobre la Avenida Central, frente a la iglesia de Guadalupe.
Otro grupo avanza en sentido opuesto. La mayoría de las peregrinaciones han llegado de oriente a poniente sobre la Avenida Central, pero este grupo avanza de poniente a oriente, sobre la vía primaria. Dos adolescentes sostienen el banderín que identifica el contingente: Escuela preparatoria número 1 turno vespertino", dice el banderín.
Atrás, una camioneta con globos de color verde, blanco y rojo y una bocina que emite una canción con ritmo pegajoso, pero la letra es de la guadalupana.
Más atrás va otro grupo encabezado por parachicos que danzan con su clásica música, los sigue un contingente de jóvenes, adolescentes y señoritas. Una de ellas se distingue por su belleza y por llevar un sombrero; nadie más porta el accesorio, es que el sol cae fuerte, casi es el mediodía.
La joven sonríe y saluda a la cámara mientras acompaña a sus amigas y atrás se escucha la música de batucada y banda de guerra, pareciendo más un desfile del 16 de septiembre o 20 de noviembre y no una peregrinación.
Dos camiones de turismo van a la retaguardia, con un letrero que dice "academia de segundo grado", van a esperar a los peregrinos una vez que concluyan su caminata en la iglesia de Guadalupe.
Algunos que observan desde las aceras aledañas se preguntan si este año va a peregrinar el grupo famoso de Villaflores. La respuesta ya se dio: se modifica la ruta por este año, también se hizo el año pasado... no partirán de Villaflores, dice el comunicado.
La Mesa Directiva de la Magna Peregrinación Guadalupana, a través de un comunicado oficial, informó a todos los miembros de la comunidad que se ha tomado la decisión de suspender la tradicional salida desde Villaflores. Este año, la peregrinación comenzará en la Estación Peregrina, adaptándose a las circunstancias y priorizando la seguridad de los peregrinos.
El evento, que corresponde a la conmemoración del 59° Aniversario de la Magna Peregrinación Guadalupana, se llevará a cabo del 10 al 12 de diciembre de 2024. A pesar de los cambios en el recorrido, los organizadores confirmaron que el evento se desarrollará dentro del horario habitual y con las medidas de seguridad pertinentes para proteger la integridad de todos los participantes, especialmente de los niños y personas de la tercera edad, quienes representan una parte importante de la comunidad peregrina.
Por el momento sigue abierta la Avenida Central. Será a partir del 10 de diciembre, aproximadamente, cuando se cierren ambos carriles para la instalación de los locales donde habrá vendimias de todo tipo, para atender a los peregrinos y peregrinas, así como para captar recursos.
Dentro de la parroquia se observa la imagen de la virgen de Guadalupe, enorme, rodeada por decenas de arreglos florales. También hay veladoras en tres puntos. Los fieles católicos se acercan para encender su veladora y dejarla sobre el atril de madera. Allí permanecerán un momento para luego ser movidas y dejar el espacio para nuevos peregrinos.
Conforme se va acercando el día 12 van siendo más frecuentes los grupos de peregrinos que arriban a la parroquia. A lo lejos se escucha el sonido de cohetes que indican el arribo de un nuevo grupo de peregrinos. Por la inflación ya no son los festejos como antes, no hay tanta quema de cohetes, no hay tantas ofrendas depositadas en el arca de madera de la iglesia.
Nadie dice la cantidad que se recibe, pero es notorio que cada vez hay menos ofrendas. "No es un asunto de fe o devoción", dice una mujer. "Es que la vida está cada vez más cara, pero Dios no pide dinero, no le importa la cantidad, sino el espíritu y el corazón con que se da", dice una peregrina.
"Y si no acuérdate de la ofrenda de la viuda, que dio una monedita blanca y Jesús dijo que ella había dado más que los demás", agrega la mujer que ha llegado a peregrinar y a dejar su ofrenda en el alfolí.
"Tienes razón comadre", le dice quién la acompaña, "pero algunos son ojos de paga, a Dios no le interesa el dinero, pero a los que están aquí abajo, sí", dice y las dos sonríen.
Los peregrinos comienzan a retirarse. Ellos se van, pero otros vienen. Así es la vida, así es el ciclo del ser humano. Los que hoy estuvieron presentes en la peregrinación, puede ser que mañana ya no estén y nuevas generaciones vengan.
La fe mueve montañas y la fe debe permanecer, así como la esperanza y el amor, dijo el apóstol Pablo. Pero de estos tres el amor nunca dejará de ser, porque Dios es amor... y Dios es eterno.
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