Fue uno de los primeros en reaccionar y meterse al mar cuando un joven se ahogaba en Puerto Arista. Los salvavidas intervinieron comandados por el valiente perrito.
El "Firu" fue el verdadero héroe, aunque nadie lo reconoció. Un joven fue salvado de morir ahogado en el mar de Puerto Arista. El grito de una persona y el arrojo de un perro valiente, fueron los que marcaron la diferencia: eso activó a los salvavidas. El joven regresó sano y salvo a Oxchuc, su tierra natal.
Aprovechando el último día de Semana Santa, cientos de personas se encontraban en la playa de Puerto Arista. Algunos estaban en la arena, otros en el mar. Los más precavidos permanecían en la orilla, mojándose sólo los pies o hasta la rodilla. Otros más atrevidos se internaron, aunque el agua les llegaba hasta la cintura. Un joven originario de Oxchuc se metió un poco más.
"¡No te metas muchacho, está peligroso, ven para la orilla!", le gritó una persona de la tercera edad. El joven no hizo caso a la advertencia y se introdujo más. Una ola encrespada lo jaló mar adentro y sus pies perdieron el piso. Desesperado comenzó a manotear.
Fue una mujer la que observó la escena y comenzó a gritar alarmada. Y mientras varias personas que estaban dentro del mar comenzaron a salir y nadie se atrevía a prestar auxilio al joven que se hundía, un perro apareció corriendo entre las personas, cruzó la playa, llegó al mar y comenzó a nadar valiente, desafiando las olas rumbo al joven.
Los salvavidas de la Fiscalía General del Estado que se encontraban presentes desde la torre de vigilancia, reaccionaron de inmediato al ver los gritos de las personas y al perro que corría valiente al rescate.
Con habilidad y destreza los salvavidas lograron sujetar a Tomás, de 18 años de edad, lo llevaron a la orilla. En todo momento los acompañó el valiente perrito. Esto ocurrió la mañana de hoy alrededor de las 10.22 horas, frente a la playa del hotel El Dorado.
Mientras el joven era llevado a la orilla, varios le regañaron por haber hecho caso omiso a la advertencia. "Te lo dije muchacho, pero eres terco", le dijo el hombre de la tercera edad. El joven volteó el rostro, molesto.
Aún cuando fue salvado de una muerte segura, el joven no mostró gratitud hacia sus rescatistas, menos reconoció la intervención heroica y oportuna del Firulais, el verdadero héroe.
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