La pregunta sigue en el aire ¿quién le dio permiso al columnista Víctor Carrillo Caloca para que en un espacio público como Caña Hueca pueda hacer una construcción privada y así obtener lucro? La respuesta es sencilla o hizo la construcción a los charros o bien obtuvo permiso del Ayuntamiento capitalino durante la gestión de Carlos Morales Vázquez. Los que saben dicen que está desde el año pasado.
Las personas que llegan en busca de hacer deporte o recrearse con la familia al Parque Caña Hueca, se han encontrado con la novedad que hay al menos una construcción privada, un cuadrilátero y gimnasio denominado "Tinta fresca, boxing club". El nombre hace alusión a la columna Tinta fresca, que escribe el periodista Víctor Carrillo Caloca.
Lo más seguro es que no exista ningún permiso formal, ya que de acuerdo a los lineamientos del Ayuntamiento tuxtleco, ningún particular puede edificar dentro de Caña Hueca, mucho menos con fines de lucro.
Víctor Carrillo Caloca, oriundo de la Ciudad de México, desde administraciones pasadas ha gozado de privilegios e impunidad, hoy se comporta como si Caña Hueca fuera de su propiedad; "esto los ciudadanos no lo permitiremos".
En el cuadrilátero y gimnasio están cobrando 600 pesos mensuales por persona. Por si fuera poco a la serie de anomalías por esta edificación se añade la cereza del pastel: árboles derribados para poder construir ese espacio.
"Caña Hueca no se vende. No se renta. No se privatiza. Se defiende", coincidieron ciudadanos.
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